Andrea Brentan, consejero delegado de Endesa, empresa copropietaria de la Central Nuclear de Almaraz, pidió ayer que se extienda la vida de las centrales nucleares existentes en España a los 60 años, frente a los 40 años de vida útil que pretende el Gobierno, o que se considere la opción de construir nuevas plantas para garantizar el equilibrio del sistema. Tras comparecer en la subcomisión del Congreso constituida para definir la estrategia energética de España para los próximos 25 años, Brentan dijo que la principal decisión que hay que tomar al respecto es "nucleares sí o nucleares no", porque los 40 años de vida de las centrales se cumplirán entre 2020 y 2030.

"La decisión nuclear se tiene que tomar en los próximos años. Hay tiempo. Ojalá que no sea tan improvisada como la de Garoña", apuntó en declaraciones a la prensa a su salida de la subcomisión. En su opinión, la opción de prescindir de la energía nuclear tendrá un efecto "muy negativo" en la consecución de los retos del sector energético: seguridad del suministro, sostenibilidad y eficiencia en costes o competitividad.

Explicó que el hecho de parar unas centrales que "funcionan" conllevará necesariamente tener que invertir en la instalación de entre 9.000 y 11.000 megavatios nuevos de potencia. Preguntado por el coste de esta nueva potencia, apuntó que es muy difícil hacer un cálculo, ya que depende mucho de la tecnología de sustitución por la que se opte y que actualmente sólo podría ser térmica porque es la única que garantiza un funcionamiento las 24 horas del día.

A modo de ejemplo, explicó que el coste de un ciclo combinado oscila entre los 600 o 700 euros por kilovatio, mientras que el de una central de carbón es de entre 1.200 y 1.300 euros por kilovatio, siempre que no incluya captura de CO2, tecnología que eleva el coste entre un 50 y un 100%.