Germán Durán es enfermero y aunque no está afiliado al PSOE, sí es simpatizante y votante y se ofreció para “echar una mano” como interventor. Era la primera vez. Y vaya que si la echó, para salvar una vida. Le tocó una de las cinco mesas del colegio Enrique Segura Iglesias, en Badajoz, y pasadas las 11.30 de la mañana fue testigo de cómo una anciana tropezaba, se agarraba al quicio de la puerta de entrada y caía al suelo dándose toda la vuelta y recibiendo un fuerte golpe en la espalda, llegando a perder el conocimiento. “Se desvaneció completamente, se desmoronó, volvió un poco los ojos, echó un poco de espuma por la boca y perdió el pulso”.

Germán la vio caer secuencialmente y reaccionó de inmediato, empezó a realizarle un masaje cardiaco “y en menos de un minuto ha vuelto en sí y ha recuperado la frecuencia cardiaca”. Llamaron al 112 y una médica que estaba en el colegio también acudió. Valorarmos que movía las piernas y los brazos y logró incorporarse con ayuda. Una ambulancia la trasladó al hospital Infanta Cristina. Según el enfermero que la atendió, el golpe le provocó un síncope por el dolor o la impresión. “Enseguida, como estaba a ocho pasos, he acudido y la he atendido, lógicamente, yo soy enfermero”, contaba este profesional no sin cierto pudor. Ayer salvó una vida y sus compañeros de mesa y los de las contiguas así lo reconocieron. “Con él aquí estamos tranquilos”, señaló la presidenta de su mesa.-ó la presidenta de su mesa.

Una mesa con segundos suplentes

En este mismo colegio de Badajoz hubo más anécdotas. Otra de las mesas estaba formada sólo por suplentes. Hubo problemas para constituirla “porque aquí no ha aparecido ni el tanto”, comentaba el presidente, José María Noriega, indignado. se presentó a las ocho de la mañana con la esperanza de marcharse enseguida, porque además tenía otros planes para la jornada, “tenía que cuidar a mi nieta”. “Esto es una irresponsabilidad total y tendrían que tomar medidas”, criticaba al tiempo que ponía en cuestión que se castigue a aquellos ciudadanos que incumplen esta obligación. El presidente era el primer suplente, como el segundo vocal. Y para el primer vocal no se presentó ni el titular ni ninguno de los dos suplentes, con lo que hubo que echar mano del segundo del otro vocal, dándose la circunstancia de que ambos vocales eran padre e hijo: José y Carlos Martínez. De hecho, el segundo suplente, Carlos Martínez, se marchó a casa pero tuvieron que llamarlo. Además este joven se examina hoy lunes y no le quedó más remedio que llevar los apuntes a la mesa electoral. José María Noriega tiene más de 65 años “y si hubiese querido, por problemas de salud no estaba aquí, pero aquí estoy”, relataba. Ya fue presidente en las primeras y en las segundas elecciones de la democracia y pensaba que no volvería a hacerlo. Se equivocó.