Pese al descenso de la demanda, España tiene que importar combustibles para poder cubrir su demanda interna. El consumo nacional en el 2009 fue de 68,4 millones de toneladas de productos petrolíferos, mientras que la producción de las nueve plantas existentes --que ha llegado hasta los 62 millones en algunos años-- se limitó a 57,7 millones de toneladas.

Pero no toda la producción nacional se consume aquí. Las empresas del sector vendieron en el extranjero 11 millones de toneladas de productos petrolíferos en 2009. Por tanto, para poder cubrir su demanda interna, España necesitó 22 millones de toneladas más, compradas fuera. En concreto las importaciones fueron de 26,3 millones de toneladas en derivados del petróleo.