Estamos condenados», dice Ángel López, gerente de Tabacoex, una de las seis cooperativas tabaqueras de la región. El sector del tabaco no tiene aún certezas pero tampoco albergan muchas dudas de que su cultivo dejará de componer la región 2401 en el nuevo mapa de la PAC y que como consecuencia perderán alrededor de la mitad de la ayuda que perciben ahora por cada hectárea de tabaco: unos 1.400 euros. «Estamos convencidos de que estamos condenados», insistía López este viernes. Faltaba poco para las 12.00 horas y la estación de servicio del kilómetro 174 de la A-5, a unos tres kilómetros de Navalmoral de la Mata, empezaba a llenarse de gente equipada con chalecos reflectantes. Había algunas banderolas y un par de pancartas aún enrolladas, mientras la Guarda Civil comenzaba a situarse para dar paso a los tractores que iban a ocupar dos carriles de la A-5 (uno en cada sentido), que tardaban en llegar porque tenían problemas para incorporarse a la autovía.

Poco después de las 12.30 horas se iniciaba el primer corte de tráfico con el que este viernes el sector tabaquero ha reclamado un futuro para la actividad en el marco de la Política Agraria Comunitaria (PAC). Alrededor de 450 personas y 170 tractores, según la Delegación del Gobierno, participaron en la primera de las protestas convocadas por las organizaciones agrarias Asaja Extremadura y UPA-UCE y por Cooperativas Agroalimentarias (hay otras dos previstas los días 5 y 12 de marzo). Aseguran que sin esas ayudas el futuro del sector del tabaco se limitará a «la subsistencia» y temen además que la decisión pueda estar ya tomada desde el punto de vista técnico.

Inma Muñoz estuvo apostada detrás de la pancarta que bloqueaba el paso a los coches en que iban en dirección a Navalmoral y en la que se podía leer la frase ‘Por el mantenimiento de las comarcas tabaqueras’. Llevaba una bandera de Extremadura al cuello y se unió a las frases de protesta que se escucharon en el primer corte: «Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra» y «Si esto no se apaña, caña, caña, caña». «No hay ninguna alternativa tan rentable como esta igual tampoco el Gobierno gana con ningún otro cultivo lo que gana gracias al tabaco», lanzó a modo de protesta. Ella gestiona con su marido una explotación de 13 hectáreas en la Vega del Cincho (en la zona de La Vera) en la que pueden llegar a tener a seis trabajadores en los momentos de más actividad. «Somos jóvenes, pero no nos podemos plantear otra cosa que no sea seguir adelante porque tenemos muchas inversiones hechas en ese cultivo», decía.

Como ella, muchos otros productores hablaban este viernes de la encrucijada a la que se ven abocados: «No hay ningún cultivo que permita vivir a una familia con una explotación de 5 o 6 hectáreas como sucede con el tabaco», decía José Ángel Gismero, productor de Pueblonuevo de Miramontes con una explotación de 35 hectáreas en las que además de tabaco también cultiva pimiento para pimentón (es habitual que los dos cultivos estén asociados en esta zona). De las 35 hectáreas de terreno, 30 son de tierras arrendadas, por lo que ve complicado plantearse un cultivo a largo plazo allí sin garantías. «No puedo pensar en otro cultivo como los nuevos de almendro porque sería imposible afrontar algo a largo plazo en unas tierras que no son mías», decía.

Vanaica Sanchez Martín es la cuarta generación de productores y desearía que su hijo, que aún está en edad escolar, pudiera llegar a liderar la quinta, aunque no alberga demasiadas esperanzas. «El tabaco nos lo pagan a 2,40 euros el kilo, pero producirlo cuesta 2,70, así que la ayuda permite ahora costear esa diferencia de 30 o 40 céntimos y no perder dinero. ¿Cómo lo vamos a hacer sin ayudas? ¿Se han planteado que además de cultivar también necesitamos comer?», pregunta esta agricultora de Tiétar que gestiona una explotación. Iba en la protesta con su hijo Pablo, que llevaba su tractor de pedales.

Sin incidentes

Los cortes se desarrollaron sin incidentes la Delegación del Gobierno aunque provocaron restricciones de más de tres kilómetros en los dos sentidos de la autovía entre las 12.00 y las 16.00 horas. Había desvíos habilitados controlados la Guardia Civil, que daba paso a los vehículos, y algunos manifestantes han tratado de retrasar en todas las ocasiones la reapertura del tráfico sentándose en la calzada cuando se pretendía dar paso durante unos minutos a algunos de los vehículos retenidos. Al final los manifestantes accedieron a abrir en paso en dos ocasiones en esas cuatro horas y poco después de las cuatro de la tarde permitieron que se reanudara la circulación sin contratiempos. Los cortes de carretera fueron intermitentes aunque el último llegó a durar casi una hora, lo que provocó algunas protestas de los conductores que se habían quedado atrapados. Aun así las acciones reivindicativas terminaron sin ningún incidente.

Las organizaciones agrarias Asaja Extremadura, UPA-UCE y Cooperativas Agroalimentarias han convocado tres jornadas de protesta para reclamar que se garantice el futuro del sector tabaquero y no se elimine su región prioritaria de la próxima PAC, lo que supondría perder la mitad de las ayudas que reciben ahora mismo por hectárea y haría «inviable» el futuro de un cultivo en el que los costes de producción están ahora por encima del precio que se paga a los productores por el, según explican los afectados.

«La Unión Europea ha dicho que cada estado miembro es soberano para decidir el número de regiones agronómicas a efecto de la reforma de la PAC. Si Europa no lo está impidiendo y el presidente de la Junta lo pide, el señor Pedro Sánchez es el único responsable de decidir si continúa la región tabaquera o no», el presidente de Asaja Extremadura Ángel García.

«Una injusticia»

«No vamos a permitir que un sector como el tabaco, que mantiene a más de 4.000 familias en una zona sin alternativas, se desmantele por una decisión técnica tomada desde un despacho», ha reivindicado por su parte Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE. A juicio de Huertas, la desaparición de este cultivo es «una injusticia» porque en la actualidad «mantiene vivo el norte de Cáceres y ha conseguido atraer a gente de otras regiones generando un modelo de integración sin precedentes y un modelo de cultivo con relevo generacional, inversiones y explotaciones sostenibles». El secretario de UPA -UCE alertó de que perder ese cultivo sería «una catástrofe» puesto que «no hay alternativas» y advirtió de que irán «hasta donde sea necesario» para defender su continuidad.

El presidente de las Cooperativas Agroalimentarias, Ángel Pacheco, reclamó también que «de una vez por todas, el ministro de Agricultura dé certezas al sector y garantice el mantenimiento de la región tabaquera tal y como está ahora en la PAC».

Ser o no ser región productora

El futuro del sector del tabaco vive la incertidumbre de ser o no ser en el mapa de la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC), que se está perfilando ahora y que debe definir el Ministerio de Agricultura. España debe reducir las 50 regiones productivas que tiene ahora mismo fruto del modelo de PAC acordado para el periodo 2015-2020 y el planteamiento es el de acercarse al modelo que hay en otros países, en los que la cifra apenas llega a media docena. El departamento de Luis Planas está dispuesto a hacerlo y baraja limitarlo a una cifra en torno a la decena, lo que pude supone integrar regiones productivas en otras con las que no guardan relación. Cómo lo hará se perfilará en el borrador del Plan Estratégico en el que trabaja el Gobierno Central y que debe estar listo en el mes de mayo.

Las regiones productivas o Regiones Agrarias son territorios de gran importancia para la definir los derechos de Pago Básico y están relacionadas con el tipo de cultivo, el uso de la tierra, el potencial socioeconómico de la zona y del producto agrario derivado de las labores del agricultor. En la región tabaquera hay 2.002 beneficiarios y 16.235 derechos y las ayudas rondan loa 1.400 euros por hectárea, lo que supone casi el triple de lo que perciben otras según el último informe del Ministerio de Agricultura, del mes de enero. La posibilidad de integrarse en otra región, por tanto no es una alternativa viable para el sector.

«Son explotaciones tan pequeñas (la dimensión media es de 7 a 10 hectáreas) que el hecho de integrarse en otra región y reducir las ayudas manteniendo los costes de un cultivo tan artesanal como el tabaco, lo haría inviable», apunta Ángel López, gerente de Tabacoex. Lo mismo sucede si se elimina esa figura sin una alternativa para mantener el impacto que la Región Agraria tiene en el cultivo del tabaco y con ello en las comarcas de La Vera y Campo Arañuelo. En estas zonas se produce el 97,8% del cultivo de todo el país y hay 1.200 productores. Se calcula que genera 2.400 empleos directos, que se elevan casi a 4.000 con los indirectos e inducidos.

Junto a eso, este cultivo ejerce también de motor de la zona, según un estudio que ha hecho la Universidad de Extremadura y que la Junta ha remitido al Ministerio de Agricultura para poner en valor el impacto que el cultivo tiene en la economía de estos territorios: el 17,6% de los hogares están vinculados a este cultivo y se calcula que por cada euro de inversión, el cultivo genera diez. Se estima además que alrededor de del 54% de la mano de obra en el proceso de transformación corresponde a mujeres y se considera «una planta colonizadora» por su capacidad para fijar población por la cantidad de horas de mano de obra que precisa en los procesos de cultivo, curado y elaboración. «Ya se estudió en la anterior PAC las alternativas a este cultivo y la conclusión fue que no había ninguna», recuerda Ignacio Huerta.