La suspensión del AVE Madrid-Lisboa en Portugal no supondrá la pérdida de los fondos europeos previstos por Bruselas para financiar las obras en territorio español. Así lo explicaron ayer a este diario fuentes de la Comisión Europea, un día después de que el ministro de Fomento, José Blanco, manifestase que esas partidas comunitarias podrían verse afectadas por la decisión del nuevo gobierno luso de aparcar sine die el proyecto.

"La decisión portuguesa no debe afectar de ningún modo al dinero destinado a la parte española del proyecto", señalaron desde la CE. De hecho, estas mismas fuentes advirtieron que, aunque lo ocurrido en el país vecino trastocase los planes de construcción del AVE entre Madrid y Badajoz, el Gobierno podría seguir recibiendo ese dinero aún en caso de que se produzca un retraso en la ejecución de las obras en España más allá del 2013. "Si se retrasara, se puede revisar el uso posterior de los fondos que estaban destinados", precisaron.

Ligeramente diferente sería la situación si la medida portuguesa arrastrase a una cancelación del proyecto español, algo que el Ministerio de Fomento descarta completamente. "Si se cancela, los fondos procedentes de Redes Transeuropeas de Transporte (RTE-T) revierten al propio presupuesto de estas Redes; y, por lo que se refiere a los fondos estructurales, ese dinero se podría destinar a otros proyectos, normalmente en el mismo país", precisan desde Bruselas.

El presupuesto para la construcción del AVE entre Madrid y Lisboa supera los 7.000 millones de euros. En Extremadura, el coste de la construcción de la línea está estimado en casi 3.100 millones de euros. De ellos, 368 millones están cofinanciados por la Unión Europea, lo que supone casi el 12% de la inversión total prevista.

Dentro de la partida comunitaria hay dos líneas de ayudas diferentes para el AVE extremeño. Por un lado están 240,5 millones procedentes del programa Fondo de Cohesión-Feder 2007-2013. Ese dinero debe servir --según Bruselas-- para costear la construcción de la plataforma del AVE en los tramos que discurren entre Navalmoral de la Mata y Badajoz. Por otro lado, a través del programa RTE-T 2007-2013, hay 127,6 millones de euros para cofinanciar estudios y proyectos de los tramos entre Talayuela y Mérida y las obras de la plataforma entre Mérida y la estación internacional Badajoz-Caya.

Por su parte, el trazado que discurre por Castilla-La Mancha (entre la localidad de Pantoja y el límite con la provincia de Cáceres) está presupuestado en casi 1.700 millones de euros, aunque de momento carece de financiación europea.

En cuanto al trazado portugués, que según confirmó el martes el nuevo Gobierno luso queda suspendido, su coste se eleva a 3.000 millones de euros --algo menos, 2.400, si no se construye el tercer puente de acceso a Lisboa sobre el río Tajo--. Desde Bruselas precisan que en este caso solo está previsto cofinanciar obras por valor de 245 millones de euros a través del programa RTE-T. Ahora, con la decisión adoptada por el Ejecutivo luso, el país vecino tendrá que renegociar con Bruselas el destino de esa partida comunitaria, que perdería completamente si Portugal plantea una cancelación absoluta del proyecto de alta velocidad, o que podría seguir recibiendo si tan solo realiza un aplazamiento de la construcción de los tramos entre Caya y Lisboa --con el 2015 como fecha tope-- .

PREOCUPACION EN FOMENTO La línea de alta velocidad Madrid-Lisboa es uno de los proyectos de transporte considerados prioritario por la UE para mejorar las comunicaciones en el suroeste del continente. En este sentido, el ministro de Fomento, José Blanco, volvió a mostrarse ayer preocupado --al igual que hizo el martes y a pesar de las aclaraciones realizadas al respecto por la Comisión Europea-- por la posibilidad de que la decisión portuguesa afecte de algún modo a la financiación del proyecto en España. De hecho, recordó que actualmente está abierto el debate en Bruselas para redefinir qué corredores europeos son considerados prioritarios.

Más allá de la financiación, Blanco dejó entrever otras posibles consecuencias sobre el proyecto en función de la postura que adopte Portugal. "Tan pronto como se constituya su nuevo Gobierno pediré una reunión con mi homólogo para clarificar los proyectos que teníamos en común y saber si es una decisión definitiva o un aplazamiento, lo que indudablemente condicionaría lo que hiciéramos en España", declaró el ministro, que no aclaró si eso abre la puerta a una decisión política que implique un nuevo retraso para el AVE a Extremadura.