La crispación ha llegado incluso al Senado. A pesar de que Pasqual Maragall pidió respeto para el proyecto de Estatut, tomado en consideración por las Cortes la semana pasada con la oposición del PP. Respeto desde la discrepancia, precisó Manuel Chaves, quien cargó las pilas con el lomo de buey que almorzó, si bien no lo suficiente como para evitar una alusión a la "comunidad marciana".

La tensión se desinfló cuando tomó la palabra el presidente cántabro, Miguel Angel Revilla. Puso en antecedentes a la audiencia: subrayó que ni es del PSOE ni del PP, sino del Partido Regionalista de Cantabria. A renglón seguido, pasó a dar su peculiar visión del estado autonómico: "El globo se ha pinchado. España no corre peligro; está como nunca. Tuve una entrevista con el embajador norteamericano, que es un hombre muy sensato --no parece del Partido Republicano-- y admira este país".

Veraneo en Asturias

Afeó Miguel Angel Revilla a Esperanza Aguirre que veranee en Asturias, y no, como hacía antes, en la comunidad de Cantabria. "Un año", susurró la Evita Perón del PP. Triunfadora del día, Esperanza Aguirre habló ayer como candidata a presidenta del Gobierno. Como tal la trató José Luis Rodríguez Zapatero, que le regaló réplicas para chinchar a Rajoy. El jefe de la oposición acabó marchándose.

Esperanza Aguirre dijo en los pasillos del Senado que el debate del estado de las autonomías es una suma de "soliloquios" y que por eso no convocó ninguno cuando era presidenta de esa Cámara. Pero ayer le sacó jugo al debate. Ahora un poco de política nacional, ahora una pizca de internacional, no se privó de reprochar a Zapatero que vaya "del bracete de Castro y de Chávez, un dictador y un golpista".

La dialéctica perturbó algo el clima plácido del Senado, que inspiró la frase de un testigo de este debate: "Los senadores son ateos porque no creen posible que exista una vida mejor que la que llevan".