La sanidad no se toca, la educación tampoco debiera, el sector agrícola y ganadero ya está viviendo "su mayor crisis" y si se recortan más obras públicas la construcción termina de desfallecer. Con tal panorama resulta difícil elegir en qué partida presupuestaria habría posibilidad de meter la tijera para atacar el exceso de gasto público y alcanzar las cotas de austeridad que tanto ansía la clase política. Pero sin hablar de recortes, se podría atajar el problema financiero de las arcas públicas siendo más eficientes, es decir, haciendo lo mismo e incluso más con menos. "Es posible", señalan los expertos, o al menos es por lo que abogan para la superación de la crisis económica. "La conciencia en el uso racional de los medios ha de primar siempre, pero desde luego a nivel de empleo no se deben escatimar esfuerzos, ya que sobre este han de pivotar el resto de políticas", dice Javier Hierro.

En el área sanitaria, la partida presupuestaria se la lleva el capítulo de recursos humanos --totalmente imprescindibles-- y el de gasto farmacéutico, el único montante en el que se podría hablar de recortes, según Remigio Cordero, y que "podrían revertir en más personal sanitario por habitante". Sería beneficioso que más profesionales compatibilizaran las tareas de gestión y las sanitarias, "más batas y menos corbatas que dicen los políticos", con el fin de ahorrar costes y mantener el contacto con la realidad, explica Cordero, así como aunar las estructuras organizativas del SEPAD y el SES. Por último, una idea clave: si la Administración asumiera la formación continuada de los profesionales se desligaría de la industria farmacéutica y de sus intereses. "Es el momento de hablar sobre todo de organización para ser eficientes", concluye.

Tampoco la educación se presta a sufrir recortes. "No creo que acotar la financiación en este ámbito sea una medida que favorezca la salida de la crisis", defiende Víctor López. A lo que sí está abierto es a estudiar una planificación más eficiente de determinados recursos, "aunque con un margen de maniobra muy limitado"; entre ellos estudiar el coste y la repercusión de actividades extraordinarias o renegociar el concierto educativo.

La eficiencia es también posible introduciendo tecnologías en el campo que permitan ahorrar por ejemplo los caros fertilizantes; o en materia cultural, estudiando detenidamente qué acciones son más rentables y dignas de subvención, mancomunando recursos y eliminando consorcios, patronatos o fundaciones "si tras un preciso estudio, no sirven para nada", opina Miguel Murillo. En cuanto a la tecnología, Miguel Jaque, considera este sector "clave para que la economía se recupere. La tecnificación de las empresas contribuye a su consolidación y mejora su competitividad exterior. Cada euro invertido en tecnología devuelve a la sociedad varias veces su valor".

Quien sí habla de recortes esel ingeniero Diego Carmona. En materia energéticas la mayor parte de las acciones han de ir dirigidas a reducir gastos. Clave es potenciar la eficiencia energética eléctrica para reducir los consumos, pero también para generar empleo, la prioridad para superar la crisis.