Algo más de 1,7 millones de euros cada día, 53 millones de euros al mes y más de 15.000 personas afectadas. Son solo algunas cifras del negocio del juego en Extremadura. Ahora que la crisis ya no es galopante sino que está asentada, los extremeños parecen buscar, a tenor de los números, la suerte en los distintos juegos de azar para obtener alguna liquidez que les ayude a paliar sus problemas económicos. Según el último informe anual sobre el juego en España, con datos del año 2007 que recoge el Ministerio del Interior, las cantidades jugadas en Extremadura durante el pasado año ascendieron a 637,29 millones de euros; 62 millones más que un año antes y casi 100 más si se tienen en cuenta los dos últimos años.

Esto supone una media de 585 desembolsados al año por cada extremeño, 48 más que el año anterior. Además, destaca el incremento generalizado del gasto en todos los juegos, y como Extremadura está a la cabeza nacional del aumento del dinero gastado, con un 11%, solo por detrás de Navarra (11,7%), y cuatro puntos más que la media nacional (7,3%). Esto demuestra que esta tendencia no es única en la comunidad extremeña, ya que la crisis afecta a todo el país, como pone de manifiesto el hecho de que en el último año los españoles se gastaron 2.108 millones de euros más en juegos de azar, alcanzando los 31.000 millones.

Los juegos de gestión privada, es decir, los del casino, los bingos y, sobre todo, las máquinas tragaperras (máquinas tipo B), son los que incitan a un mayor gasto, ya que seis de cada diez euros gastados por los extremeños van a las arcas de este tipo de juegos, cuya recaudación ha crecido en la región un 14% el último año. Sin embargo, pese a que el incremento no es tan elevado, el desembolso que se ha realizado en las loterías y apuestas del Estado y en los juegos de la ONCE destaca por encima de la media española. Así, en solo un año, los extremeños se han gastado un 6% más en las loterías rozando los 190 millones de euros (un 3,5% de subida en España); mientras que el aumento del gasto en la ONCE ha sido del 3,8% (llegando a los 53,7 millones de euros) frente al 1% en España.

48 EUROS MAS POR HABITANTE Todo esto se traduce en un mayor gasto por habitante y año, mucho más marcado en Extremadura, donde cada extremeño se ha gastado una media de 48 euros más el pasado año, un 11% más, casi el doble que la media española. Sobre este último dato, el casino, los bingos y las tragaperras se llevan la palma, con un aumento el último año del 14%. No en vano, el parque de este tipo de máquinas se ha incrementado en la región el último año y a 1 de enero pasado había registradas 5.572.

Por el contrario, el número de máquinas recreativas que no dan premios (las conocidas como tipo A) ha descendido de forma notable --en un año hay 555 menos-- y son 5.271. Este dato refleja que los ciudadanos buscan más de forma directa los premios económicos y no tanto divertirse jugando sin más.

No hay que olvidar que estos números llevados al extremo genera en el juego patológico, un problema de primer orden y que ocasiona además que el 75% de los ludópatas tengan depresión.

Para ayudar a estas personas, en Extremadura trabajan varias asociaciones, centralizadas en la Asociación Extremeña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Aexjer), ubicada en la calle San Roque, 3 de Almendralejo. Además, también hay centro de apoyo en Cáceres, Plasencia y Badajoz.

Desde Aexjer se ha dado la voz de alarma ante la cada vez más frecuente presencia de menores de edad que llegan a esta entidad en busca de ayuda por su afición al juego. La principal causa de este fenómeno es, a su juicio, la falta de control, sobre todo en los bares, donde los jóvenes pueden jugar a las tragaperras sin demasiados problemas.