Hace tres años que un equipo de psicólogos entre los que se encuentra Guadalupe Andrada ofrece prevención y respuestas innovadoras al acoso en las aulas. «El típico castigo o la expulsión temporal del centro no vale para nada, tienen que ser soluciones novedosas en las que se movilice a toda la clase y en la que los menores aprendan con técnicas innovadoras a tener empatía, a ponerse en el lugar del otro, sentir pena cuando sufre y alegría cuando triunfa». De esto, entre otras cosas, es de lo que se encarga la Fundación INPA-Framaguad, cuya sede está en Cáceres y se puede lograr su ayuda llamando al 673835356 o en contacto@fundacioninpaframaguad.org. Sus técnicas funcionan y no paran de recibir llamadas de colegios de la región pidiendo su intervención, aunque no pueden llegar a todo lo que querrían. Cuentan con diez personas.

Andrada comenzó a interesarse por esta problemática a raíz del aumento de los casos que veía en su consulta de menores que agredían a sus padres. La fundación arrancó con la intervención en estos casos de agresividad y hace tres años extendió su actuación a los distintos escenarios en los que se maneja el acoso escolar, «que es muy poliédrico y se dan situaciones muy variadas, desde un simple rechazo, a la violencia o el ciberacoso». En cualquiera de sus formas hace mella en los menores. «La psicología del niño y su bienestar se va debilitando y al final sale a la luz», señala.

Es ahí cuando los mayores deben actuar, en el centro principalmente que es el lugar donde debe resolverse el problema. «Cuando nos llaman para atender un caso en un centro, de entrada pedimos que no usen el protocolo que han estado usando con buena intención hasta ahora y que no llamen a los padres de unos y otros, porque es un asunto que debe dirimirse en el centro. Los padres del niño que acosa se sienten culpables y se defienden mientras los padres del niño acosado se suelen sentir abandonados y muchas veces lo que hacen es cruzarse denuncias. Pero el tema no debe judicializarse y es algo que también entiende la Fiscalía de Menores».

Desactivar al acosador

Hay casos en los que los profesionales de la fundación optan por reunirse con todos los padres de una clase, sin señalar, y también tienen un protocolo de actuación en casos de crisis: «son seis sesiones de una hora durante seis semanas consecutivas con las que rápidamente desactivamos a los acosadores e instauramos una dinámica funcional de respeto con los niños acosados. Normalmente, los niños de una clase saben cuándo alguno está sufriendo y saben que de alguna manera son cómplices de ese acoso aunque no lo quieran por el simple hecho de no intervenir en esa situación. Con nuestra intervención hacemos que la complicidad desaparezca y se desactive al acosador». Además, INPA-Framaguad también ofrece tratamiento individualizado a acosados y acosadores gratuito para las familias con menos recursos (a 20 euros para el resto) y talleres de prevención todo el año. Hasta ahora lo hacían en 5º de Primaria pero ya le han solicitado intervenir en cursos de 4º y hasta de 3º de Primaria. Aún así, Andrada considera que aún queda mucho por hacer. «No contamos con mucho personal formado para llegar a todos los centros; la cosa está todavía en mantillas, pero con entidades como la nuestra se puede salir». concluye.