Reparan desperfectos en el patio del instituto, levantan construcciones ornamentales en el aparcamiento y aprenden oficios tan viejos que algunos todavía piensan que un instituto no es lugar adecuado para enseñar esas cosas. Pero lo cierto es que los ciclos formativos de Edificación y Obra Civil que se imparten en el IES Universidad Laboral de Cáceres derrumban tantos prejuicios como proyectos levantan.

En el patio se erige una pequeña vivienda casi terminada y junto a ella otra comienza a emerger. Pero no es solo poner ladrillo sobre ladrillo, en las clases de Obras de Albañilería también aprenden a poner cubiertas, coberturas, impermeabilizaciones, revestimientos o asimilan las medidas de seguridad que debe regir toda obra en el sector de la construcción. "Aquí aprenden cosas que en una empresa nadie les va a enseñar pero que pueden ser muy útiles para su trabajo", indica Alberto Terrón, profesor de un departamento en el que además de albañilería se imparten los ciclos superiores de Desarrollo y aplicación de proyectos de construcción (para formar a proyectistas y ayundantes de obras) y de Desarrollo de Proyectos urbanísticos y Operaciones topográficas (ayudante de topografía, delineante).

Alberto, al igual que su compañero Juan Amarilla, admite que la incorporación laboral está bien, "algo más floja últimamente, quizás por la crisis del sector, pero sigue bien. Eso sí, antes venían y nos los quitaban de las manos".

Albañilería, más flojo

En estos momentos uno de los objetivos del departamento es promocionar el ciclo de Obra de albañilería. "Eso de llevar el meno sigue estando peor visto. Normalmente los que vienen son hijos de constructores, promotores y sobre todo gente que viene de los pueblos; de núcleos urbanos apenas llegan alumnos", explican. El número de estudiantes es algo más bajo de lo que desearían, "pese a que hacemos pocas clases teóricas y buscamos que sean atractivas". De hecho, los contenidos básicos de matemáticas se dan de forma transversal, en aplicaciones prácticas, por ejemplo, para calcular medidas que luego se puedan aplicar a cualquier obra.

Y poco a poco están logrando avances. Así, por ejemplo, últimamente han recibido a albañiles de hasta 50 años que pretenden lograr el título y así promocionar en sus empresas. Pero también han comenzado a matricularse mujeres: "Por primera vez hemos tenido dos chicas y les ha ido muy bien. Ahora están haciendo prácticas en el ayuntamiento y su trabajo es muy bueno".