En el fragor de la batalla propagandística, el primer ministro británico, Tony Blair, se dejó llevar por un exceso lingüístico poco ajustado a la realidad. Fuentes del Gobierno trataron ayer de enmendar lo dicho el jueves por Blair. En la rueda de prensa en Camp David, junto al presidente de EEUU, George Bush, el premier acusó al régimen de Irak de haber "ejecutado" a dos soldados británicos.

Los cadáveres de Luke Allsopp, de 24 años, y Simon Cullingworth, de 36, fueron mostrados horas antes por las televisiones árabes. Pero fue el comentario de el primer ministro Tony Blair lo que más indignó a la familia de una de las víctimas. En el hogar de Allsopp aseguraron ayer que fueron informados por el Ministerio de Defensa de que el joven murió en acción y de forma instantánea.