Cuando la urbanización Mirador de Cerro Gordo esté habitada aquello podrá denominarse Nuevo Badajoz, como ocurre con Nuevo Cáceres o Nueva Ciudad en Mérida. A unos 9 kilómetros de la capital pacense, por la antigua carretera de Madrid, en la finca denominada Los Rostros de Santa Amalia, la empresa Jocainmo va a construir "una ciudad", según dijo ayer el presidente del grupo Joca, Cayetano López, durante la presentación del proyecto, aunque después quiso matizar y dijo que será "una prolongación de la ciudad". La inversión rondará los 240 millones de euros y se trata de la mayor promoción de viviendas acometida en Extremadura, a través de un Proyecto de Interés Regional (PIR) aprobado por la Junta, para abaratar el precio del terreno.

El suelo en el que se asienta este proyecto es común pero a través del PIR se ha transformado en suelo urbanizable y posteriormente en urbano cuando se incorpore al Plan General de Ordenación Urbana de Badajoz. El terreno está delimitado por la Autovía de Extremadura y la N-V y es colindante con una parcela paralela a Golf Guadiana.

La actuación de Jocainmo se extiende en un terreno de 501.969 metros cuadrados, que ya está desbrozado y limpio de vegetación, donde se construirán un total de 2.750 viviendas de protección oficial, cogidas al Plan de Vivienda y Suelo de Extremadura, con todas las dotaciones que contempla la Ley del Suelo: dos centros de Primaria, un instituto de Secundaria, dotación sanitaria, zonas deportivas, espacios verdes y 24.000 metros cuadrados de espacio comercial, para abastecer a la población que allí se asiente. Habrá viviendas de dos tipologías: 1.746 de régimen especial (60.000 euros) y 1.004 de tipo medio.

El movimiento de tierras se iniciará en cuanto la promotora tenga licencia municipal y las primeras viviendas estarán acabadas en 22 meses; las últimas se entregarán en el 2010.

9.000 PERSONAS Siguiendo los parámetros que establece la propia Ley de Suelo, en la que se contabilizan 3,1 personas por vivienda, en Cerro Gordo vivirán unas 9.000 personas.

Para acceder a esta nueva urbanización se han previsto dos entradas desde la antigua carretera de Madrid, nunca desde la autovía y toda la ordenación se articula a través de un vial, que tendrá el ancho aproximado de la avenida pacense de Sinforiano Madroñero, desde el que se accederá a todas las parcelas y espacios de la urbanización. Junto a la arteria principal se articula una vía urbana, peatonal y toda porticada, donde se sitúan todos los locales comerciales de los bajos, que recorre de este a oeste.

El proyecto tiene un techo edificable de vivienda de 338.000 metros cuadrados. Los locales comerciales se dividen en 13.000 metros cuadrados en bajos de los edificios en bloques y 9.000 metros cuadrados en comercial exento, en dos parcelas de gran tamaño.

El terreno elegido tiene pendientes de hasta un 26%, un problema para implantar la edificación y se ha planteado "domesticarlo", según explicó uno de los arquitectos, José Miguel Salinas. Para conseguirlo se moverán 2 millones de metros cúbicos de tierra, que en parte se reutilizarán para relleno de otras zonas y eso permitirá que las pendientes generales de toda la ordenación no sean mayores del 3%, semejante a la avenida Condes de Barcelona de Badajoz.

La urbanización se estructura en bloques y unifamiliares. El bloque más elevado tiene 9 alturas, se ubica en el centro del proyecto y tendrá 90 viviendas. Los demás tendrán 5, 6 y 7 alturas. Las 1.746 viviendas de régimen especial se desarrollarán todas en pisos con 80 metros útiles, 3 dormitorios, y plaza de garaje. La vivienda media tendrá 120 metros cuadrados útiles y las habrá en bloque y unifamiliares, de cuatro dormitorios, garaje y trastero. Además se superan los stándares establecidos en vivienda adaptada.