La media media comenzó ayer en Extremadura para la caza de la tórtola común, la especie reina de este periodo cinegético, tras arrancar el pasado lunes para palomas, estornino pinto, urraca, grajilla, ánade real y zorro. A diferencia de lo que ocurrió el año pasado, cuando se respiraba mayor optimismo, esta vez las expectativas con las que los cazadores se han echado al campo son bastante flojas. "La tórtola prácticamente ni se ve, al igual que otras especies, y en el caso de la paloma torcaz, se perciben muchas, pero se avistan muy altas por lo que no entran muy bien en los pasos, y para colmo cuando escuchan los tiros alzan más aún si cabe el vuelo", explica José María Gallardo, secretario general de la Federación Extremeña de Caza.

Según las cifras que facilitó la Junta en febrero pasado, en la región hay unas 93.000 licencias de caza, expedidas tanto a aficionados extremeños como de fuera de la región. Gallardo señala que saber cuántos de ellos tomarán parte en la media veda durante las próximas semanas --el periodo hábil finaliza el próximo 11 de septiembre-- es "imposible". Eso sí, si tomamos como referencia la sociedad a la que él pertenece, la proporción no parece que vaya a ser muy alta. "De cien socios, habrán salido a cazar unos diez", apunta en referencia a la primera jornada de media veda, la del pasado lunes, que este responsable de la federación extremeña califica de "negativa". Agrega que "habrá algunos cotos a los que se les haya dado bien", pero se trata fundamentalmente de aquellos que hayan podido establecer comederos en sus terrenos, algo que la mayoría de las sociedades no han podido llevar a cabo por el desembolso económico que supone. Un gasto que luego no pueden compensar vendiendo puestos, "como hacen los cotos privados".

El secretario general de la Federación Extremeña de Caza confía en que la cosa mejore cuando la temporada cinegética comience definitivamente en octubre. En este sentido, espera que se mantenga la población de conejos en un nivel similar al del año pasado e incluso que aumente la de perdiz, "porque ha criado bastante bien en toda Extremadura".

En Extremadura, la media veda la protagonizan fundamentalmente cazadores de la región, ya que no es elevado el número de aficionados que acude de fuera de ella. "Para eso te vas a Castilla-La Mancha, que tienes la posibilidad de cazar un día más que en Extremadura, y a lo mejor hay precios más flexibles que en la región, ya que hay muchos más cotos", justifica José María Gallardo.

Matías Trejo salió a cazar ayer "entre Torremocha y Botija". La mañana se saldó con una tórtola y una paloma abatidas entre él y su compañero. El balance que hacía este cazador cacereño del inicio de la media veda era, "como otros años, malo". También Jesús Esteban, de Navalmoral de la Mata, estuvo cazando ayer. En su caso lo hizo en el término de Tiétar y la mañana acabó con una paloma en el morral. "La cosa ha estado flojita. Se veían pocas palomas y, además, no he podido colocarme en el puesto que quería", resumía. Para la jornada de hoy, si el tiempo no la estropea, sus expectativas son bastante mejores. Acudirá a un coto de la Sociedad de Cazadores el Azor, de Navalmoral de la Mata, a la que pertenece. Allí se ha visto "bastante paloma y también tórtola" gracias, explica Jesús Esteban, a cómo se ha cuidado este terreno en los últimos meses. "Hay que estar mucho tiempo detrás de ellas, echándoles de comer, porque las palomas, en cuanto te descuidas, se te van".

En términos normativos, la principal novedad de la media veda de este año ha sido la de que se han fijado dos fechas distintas para su arranque, una para la tórtola y otra para el resto de especies, algo que no ha contado con el beneplácito de los cazadores. La decisión tiene su origen en el deseo de la Administración extremeña de coordinar las órdenes de veda con otras comunidades autónomas. Además, un informe de la Sociedad Española de Ornitología (SEO) señala que la tórtola el 15 de agosto se encuentra aún en periodo de cría, que para el día 20 ya ha finalizado. Tampoco ha gustado a los cazadores el que se reduzca de 15 a 10 el máximo de tórtolas que pueden abatirse por día y cazador.