tos y plataformas logísticas de los dos países.

A pesar de que el nuevo Ejecutivo luso ya ha manifestado en varias ocasiones su intención de no seguir adelante con el proyecto --aunque el anterior gobierno socialista ya había adjudicado por 1.668 millones el tramo más largo de las obras en suelo luso, de 170 kilómetros--, Pereira ratificó ayer que el nuevo Ejecutivo tomará la decisión definitiva en el próximo mes de septiembre. Pereira alega que el país no dispone de fondos para realizar el proyecto, que cuenta también con fondos de la Unión Europea. Blanco aseguró que el parón portugués no tiene por qué afectar al tramo español, pero lo cierto es que al ser preguntado ayer, según Cinco Días , no quiso entrar a valorar si la retirada de Portugal del proyecto podría afectar a los recursos que España recibe de la UE por este concepto, pese a que ya antes había dicho que no tenía por qué ser así.

PRESION El Ejecutivo luso está recibiendo muchas presiones, no solo del Gobierno central o Extremadura para mantener el proyecto de la alta velocidad hasta Lisboa, ya que aunque caro, es una gran fuente de empleo y de trabajo para las empresas. En ese sentido, ya los empresarios lusos denunciaron que no están dispuestos a que el Gobierno de su país deje en vía muerta las obras. Incluso la Confederación Empresarial de Portugal (CIP) tenía previsto entregar un informe al primer ministro, Pedro Passos Coelho, con una propuesta para reactivar la construcción del tramo entre Poceirao y Caya --el contrato con la empresa encargada de la construcción del tramo se realizó el mes pasado-- "con una reducción significativa de los costes".

Y es que los empresarios portugueses consideran "de extrema importancia" la inversión ferroviaria, sobre todo para la zona del Alto Alentejo. Por ello confían en que su propuesta, unida a la presión que está ejerciendo Extremadura y España, conduzca a que Passos Coelho reconsidere su decisión de no ejecutar a corto plazo las obras del trazado luso del AVE entre Lisboa y Madrid y en septiembre se pronuncie a favor de la continuidad del proyecto.

Tras la llegada al poder de Passos Coelho y el parón al proyecto del AVE, el Gobierno extremeño, la patronal autonómica, los sindicatos, ayuntamientos y distintos colectivos sociales han destacado la importancia de que Portugal reconsidere su postura para que la línea de alta velocidad sea realmente rentable. De momento, el Ministerio de Fomento ha garantizado --y Blanco lo ratificó ayer-- que la decisión lusa no afectará a la inversión y los plazos del tramo español.

La decisión de llevar adelante el AVE Madrid-Lisboa se tomó en una cumbre bilateral entre ambos países celebrada en Figueria da Foz y por tanto, en el caso de que se produzca la ruptura del acuerdo, esta se debe abordar en una cita del mismo nivel institucional. Por el momento, el Ministerio de Fomento confirma una reunión monográfica en Lisboa, también en septiembre, para impulsar el desarrollo del transporte de mercancías ferroviario para potenciar las exportaciones y revalorizar puertos y plataformas logísticas.