Un nuevo error de los aliados provocó ayer una matanza en sus propias filas, en el frente norte. Al menos 18 guerrilleros kurdos (peshmergas ) y cuatro soldados estadounidenses murieron bajo las bombas de dos aviones norteamericanos que confundieron un convoy aliado con fuerzas de Sadam Husein. Otras 44 personas, la mayoría de ellas peshmergas, resultaron heridas, según fuentes kurdas. Por el número de víctimas, se trata de la mayor matanza por fuego amigo desde que empezó la guerra.

Entre los heridos está el jefe militar kurdo Wajih Barzani, de 33 años, hermano del líder del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), Masud Barzani. Su estado era muy grave al cierre de esta edición. El periodista de la cadena británica BBC John Simpson, que viajaba en el convoy, también sufrió heridas, aunque leves. "Esto es un infierno. Todos los coches están ardiendo. Hay cuerpos ardiendo también. Hay cadáveres tendidos y pedazos de cuerpos en el suelo", relató Simpson instantes después de las explosiones. Pese a la versión kurda, Simpson aseguró que había contado "10 o 12 norteamericanos muertos".

MARCADOS CON LASER

Este caso de fuego amigo tuvo lugar a mediodía (diez de la mañana en España), cerca de Dibagah, a 50 kilómetros de Mosul. La táctica militar habitual en el frente norte desde que Washington dispone de unos 2.000 soldados en la zona consiste en que éstos señalan con rayos láser las líneas iraquís. Pero ayer esa táctica se volvió en contra. Las bombas de los dos aviones americanos no cayeron sobre el Ejército de Sadam, sino que masacraron un convoy kurdo-estadounidense formado por vehículos militares y civiles. Al menos una decena de ellos quedaron carbonizados.