Arnaldo Otegi no se apartó del guión previsto. No hubo ninguna autocrítica hacia su formación, e hizo recaer la responsabilidad de la ruptura del proceso de paz en el Gobierno socialista y el PNV. En su análisis, a ETA únicamente se le puede reprochar la ruptura del alto el fuego, aunque admitió que la jornada de ayer fue "triste" y que la decisión de la banda "no ha sido una buena noticia".

Otegi, principal valedor en su mundo de la apuesta por el diálogo multipartito para alcanzar la paz, compareció ayer con rostro serio, aunque se esforzó en lanzar un mensaje con referencias a la "esperanza" pese a las "contradicciones" que el anuncio de ETA genera.

La ruptura de la tregua es un duro golpe a la estrategia pública de la izquierda aberzale, que ayer, una vez más, no se distanció de la banda. ANV optó por reafirmarse en sus estatutos, que rechazan el uso de la violencia. En una nota, las siglas legales apostaron por la necesidad de retomar el proceso, también sin críticas explícitas a ETA.

El mensaje de los últimos meses de Batasuna se centraba en la necesidad de retomar el diálogo para superar el conflicto vasco. Llegó a reclamar el apoyo a ANV en las elecciones con el argumento de que eran votos para el proceso de paz. Más de 180.000 vascos atendieron su petición.

LOS CULPABLES En una declaración tras la que no admitió preguntas, el líder batasuno explicó los factores que "desgraciadamente" han desembocado en esta "triste situación". En sintonía con el mensaje que ETA y la izquierda aberzale han venido manteniendo desde agosto del 2006, los culpables del fracaso de las conversaciones han sido, según Otegi, Gobierno y PNV.

Cuando su papel ante el resto de formaciones está más cuestionado que nunca, Otegi dijo: "En esta coyuntura se miden los liderazgos políticos". Una cita también válida para sí mismo. Y pese a que ETA ha echado por tierra la Declaración de Anoeta , quiso reafirmarse en esa apuesta "al pie de la letra". Otegi, que horas antes había visitado a De Juana en el hospital, reprochó a Zapatero la ausencia de una agenda "para lograr el cambio político".