Uno de los dos proyectos de producción de biocombustibles en la localidad de Valdetorres, precisamente el de mayor inversión, ha quedado paralizado de manera provisional, según ha podido saber EL PERIODICO. Fuentes consultadas, que prefirieron no ser muy explícitas, ya que el asunto está en los tribunales, indicaron que el problema no viene ni de la financiación del proyecto (la planta supone una inversión de 60 millones de euros) ni de la viabilidad, sino de desavenencias en el seno de Biocarburantes Ibéricos 2024, sociedad promotora.

Las mismas fuentes apuntaron que existe confianza en que la situación se desbloquee en un plazo no muy dilatado, puesto que, de continuar el parón, podrían perderse los contratos de suministro ya firmados con las distribuidoras.

La planta en cuestión se destinaría a la producción de bioetanol a partir del maíz. Este producto se utiliza como sustitutivo de la gasolina al 15%, y, al estar exento de impuestos, permite bajar el precio total del litro de combustible entre seis y diez céntimos, al margen de reducir la contaminación atmosférica.

La fábrica, uno de cuyos socios más relevantes es la Caixa Layetana, obtuvo hace algo más de un año una subvención del Ministerio de Economía de 8,2 millones de euros, a los que se sumaría la ayuda de la Junta, en forma de aportación de dos millones y la concesión de créditos blandos con subvención de 2,5 puntos de interés.

BIODIESEL, SI En cambio, el que continúa a buen ritmo es el proyecto de otra planta vecina para la elaboración de biodiésel, un sustitutivo del gasóleo, a partir de girasol, soja y aceites usados.

Según explicó Josep Coll, empresario catalán vinculado a Campanario y director general de Bioenergética Extremeña 2020, sociedad promotora, ya se cuenta con las licencias municipales para iniciar la obra, y sólo se está a la espera de una certificación de Medio Ambiente.

Coll manifestó que, de no surgir ningún inconveniente, la planta comenzaría a producir en el verano del 2005, ya que la obra civil puede ejecutarse con bastante rapidez y la maquinaria ya se está construyendo.

El empresario comentó que el proyecto se pondrá en marcha en dos fases. En la primera, cuyo presupuesto es de 19 millones de euros, con una subvención estatal de dos millones, se activaría una fábrica que produciría alrededor de 70 millones de litros de biodiésel.

En cuanto a la segunda, que supondría una inversión adicional de siete millones de euros, estaría lista para entrar en funcionamiento a mediados del 2006. Con ella se ampliaría la capacidad productiva de la planta hasta los 250 millones de litros de biodiésel, que supone, aproximadamente, el 28% del consumo de gasóleo en Extremadura.

Como en el caso del bioetanol, el biodiésel, además de no emitir dióxido de carbono en la combustión, cuenta con una exención de impuestos que permite, no sólo reducir los precios hasta unos 54 céntimos por litro, sino estar a salvo de los vaivenes del precio del crudo.