El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha rechazado que vaya a haber ajustes de cuentas en el partido tras la derrota del 22-M, convencido de que "este no es el momento de lamentarse, sino de levantarse", y ha asegurado que se mantienen las primarias para elegir al sucesor de Zapatero.

Blanco ha comparecido en rueda de prensa mientras todavía se reunía la ejecutiva federal del PSOE que ha analizado los resultados electorales y que ha llegado a la conclusión de que, aunque hay que reflexionar y hacer autocrítica tras la "seria advertencia" de los electores, el partido debe mirar hacia el futuro.

Un futuro en el que el PSOE tendrá que elegir a un candidato para sustituir a José Luis Rodríguez Zapatero como cartel electoral en las próximas elecciones generales y, para ello, la fórmula escogida son las primarias. De momento, ningún aspirante al puesto. No ha trascendido que el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, o la ministra de Defensa, Carme Chacon, se hayan postulado, aunque ambos estaban en la reunión de este lunes.

Congreso federal

Nadie de la dirección federal ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que el sucesor de Zapatero se elija en un congreso federal, previsto en principio para el verano del 2012, y tampoco se ha pedido un adelanto de las generales.

El PSOE, ha zanjado su vicesecretario general, mantiene la hoja de ruta prevista y el comité federal procederá el próximo sábado a fijar el calendario de primarias, del que saldrá un candidato que conjugará la credibilidad y la capacidad de generar ilusión a la gente, ha garantizado. Blanco ha rechazado en la comparecencia informativa que los resultados electorales vayan a terminar en un "ajuste de cuentas" entre dirigentes, porque "no es el momento de la zozobra, sino de proyectarse hacia el futuro".

"Sabemos que los votantes han querido darnos una seria advertencia y nos damos plenamente por enterados", ha sostenido Blanco, antes de recalcar: "Muchos ciudadanos nos negaron su apoyo ayer, pero sabemos que la gran mayoría de los ciudadanos están deseando que les demos motivos para volver a confiar en nosotros en las próximas elecciones".

Dispuestos a "dar la cara" y a "no disimular la realidad", ha asumido con carácter general que el PSOE ha perdido los comicios del 22-M, pero también ha puesto en valor los más de seis millones de votos recibidos y ha felicitado a los 2.400 alcaldes electos del partido.

Posible trasvase de votos al PP

A falta de estudios poselectorales que confirmen sus impresiones, Blanco cree probable un trasvase de votos del PSOE al PP, aunque el retroceso importante de los socialistas, que han perdido siete puntos y 1,5 millones de sufragios, no se ha traducido en un apoyo equivalente electoral al Partido Popular. Ha sido así, en su opinión, porque una parte de los electores tradicionales del PSOE se ha decantado por otras opciones y otra buena parte se ha quedado en casa y ha preferido "la abstención crítica".

Además, ha juzgado que la derecha ha votado más en clave de elecciones generales y ha reconocido que en estos comicios se ha abierto un desequilibrio mayor entre el centro derecha y el centro izquierda que en otros procesos electorales. Según su diagnóstico, la derrota del PSOE ha sido la expresión del malestar ciudadano ante las consecuencias de la crisis, y era "comprensible" y "legítimo" que se reflejara en las urnas.

Y es que, para Blanco, los socialistas no han podido o no han sabido trasladar a la ciudadanía sus argumentos para actuar tal y como lo han hecho durante la crisis y las razones para adoptar algunas de las medidas difíciles que han tenido que tomar. Pero ha añadido que también se enfrentan al futuro con "serenidad" y convencidos de que el PSOE es un partido que tiene "raíces muy fuertes en la sociedad" y que representan unas ideas y unos valores que comparte la mayoría.

Blanco ha hablado con numerosos dirigentes del partido e incluso con "referentes" que ya no están al frente del mismo --no ha querido desvelar si era Felipe González-- y ha sacado la conclusión de que hay un "sentimiento unánime y mayoritario" para "hacer las cosas bien, mirar al futuro y profundizar en la cohesión del partido".