De momento están tranquilos aunque los primeros días tras la irrupción del camalote en el Tajo, el clima en las comunidades de regantes extremeñas más próximas a la zona afectada era de inquietud. «Nos preocupa saber lo que ha pasado en Badajoz, así que habrá que estar atentos para ver cómo evoluciona», afirma Primitivo Gómez, presidente de la comunidad de regantes del embalse de Valdecañas, una de las más próximas al brote en la provincia de Toledo, junto con la de la margen izquierda del Tiétar. También hablan de cierta calma tensa, por ello, los regantes de Peraleda de la Mata, para quienes el principal temor es que la planta «pudiera llegar a las zonas de bombeo» y complicar el riego para sus cultivos.

Confiados

Para otros de los colectivos más alejados, como los regantes del Borbollón, la incertidumbre es menor y confían además en que se den las condiciones para que la planta no se propague. «Estamos tranquilos. En una reunión con la confederación nos comunicaron que era complicado que llegara por sí solo a esta zona, así que esperamos que no nos encontremos con el problema», dice Fernando Mateos, el presidente de los regantes del Borbollón.

También están tranquilos los regantes del Alagón: «el embalse de Gabriel y Galán (del que ellos toman el agua) está limpio y esperamos que puedan controlar el camalote donde se ha detectado», dice Juan José Sánchez, presidente de la margen derecha. R. C.