Un total de 83 trenes cargados con mercancías peligrosas realizaron el pasado año paradas de más de una hora en estaciones extremeñas situadas cerca, o incluso dentro, de los cascos urbanos, según una respuesta del Ministerio de Fomento al parlamentario malagueño Miguel Angel Heredia.

Según esta respuesta, la de Navalmoral fue la estación que más tráfico de este tipo soportó, con 23 convoyes que realizaron paradas prolongadas, seguida de la de Castuera, con 17; Mirabel, con 11; Cáceres, con siete, o Almendralejo, con cinco. En total fueron trece las estaciones ferroviarias urbanas que soportaron este riesgo.

Sin embargo, Manuel Nicolás Taguas, presidente del comité de empresa de Renfe en Extremadura, aseguró que este tráfico supone un riesgo muy escaso en la región, ya que las medidas de seguridad, tanto en lo que se refiere a las instalaciones de la estación como a los vagones que llevan la mercancía, son extremas "porque cualquier incidente con un tren de este tipo tiene mucho eco".

También dijo que no suelen circular convoyes que pudieran resultar más conflictivos por la carga que transportan, como materiales radiactivos, explosivos, combustibles o gases tóxicos o corrosivos, y en la mayoría de los casos es un transporte de abonos químicos o pesticidas.

ARDEN CON FACILIDAD

La clasificación de estas sustancias viene determinada porque son comburentes, es decir, material que puede arder con facilidad y provocar un incendio de grandes dimensiones, o porque si se derraman en una zona concreta podrían acarrear la contaminación de los suelos.

En todo caso, Taguas apuntó que el mal estado general de la red ferroviaria en la región no es un riesgo añadido, ya que Renfe soluciona estos problemas limitando la velocidad de circulación, "con lo que es difícil que un tren se salga, pero el transporte deja de ser competitivo porque tarda muchísimo en llegar".

Para el caso de que se produzca un accidente, el representante sindical indicó que las estaciones extremeñas disponen de un protocolo de actuación, pero ninguna de ellas cuenta ni con personal ni con medios materiales que permitan afrontar una situación de emergencia sobre la marcha.

Asimismo, Taguas explicó que normalmente no se permite que un tren con mercancías peligrosas permanezca estacionado si no va a descargar en ese apeadero. De hecho, el Real Decreto 412/2001, de 20 de abril, que regula este transporte, marca en su artículo cuatro que las empresas no podrán planificar ni programar paradas en una estación de núcleo habitado o situada a menos de 500 metros de la población. Sin embargo, este mismo artículo recoge que si debe estacionarse dentro del casco urbano, las empresas deben contar con "organización y medios suficientes" para afrontar un accidente, con lo que abre la puerta a las paradas de trenes con cargas peligrosas dentro de las ciudades.De cualquier manera, el presidente del comité de Renfe comparó las limitaciones que se dan con el transporte de mercancías peligrosas por tren, que deben ser expresamente autorizados y tienen marcadas sus posibilidades de paradas intermedias o recorridos, con lo que ocurre con el tráfico de estas mismas cargas por carretera, "donde es fácil ver camiones cargados con gasolinas o ácidos que circulan por las travesías de las poblaciones".Como muestra del grado de seguridad en uno y otro caso, afirmó que los tiempos máximos de conducción están perfectamente controlados en el transporte ferroviario, "y, por desgracia, no ocurre igual con los camiones".