Comienza la undécima legislatura en el Ayuntamiento de Cáceres encabezada por el octavo alcalde de la democracia, Luis Salaya, de 31 años, graduado en Derecho. Ayer, a las 11.24 horas, fue proclamado regidor de la ciudad con los 9 votos del Grupo Municipal Socialista y con la abstención de los 5 concejales de Ciudadanos. Tanto el Partido Popular (7 concejales) como Unidas por Cáceres (3) y Vox (1) apoyaron a sus propios cabezas de lista, de modo que los socialistas se hicieron con la alcaldía por mayoría simple.

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Las últimas 48 horas hasta el pleno de investidura de ayer han sido las más agónicas que se recuerdan en cuestión de pactos. Durante la mañana del viernes, el PSOE anunciaba un preacuerdo con Ciudadanos pendiente de un nuevo encuentro entre ambas formaciones. Pero antes del mediodía trascendía el acuerdo PP-Ciudadanos en el Ayuntamiento de Badajoz, y como consecuencia un nuevo acercamiento en Cáceres, conversaciones que se mantuvieron durante la tarde y la madrugada hasta que en la mañana de ayer, a tres horas del pleno de investidura, este periódico publicó que las negociaciones no habían cuajado. El PP explicó que no le parecía «digno» aceptar la propuesta de repartirse la alcaldía en dos turnos de dos años con Ciudadanos, y éstos alegaron que finalmente no encontraron en PP ni en PSOE las condiciones para materializar su programa electoral, y que por tanto se abstendrían en la votación.

«ENORME CARGA» / Y así fue. Precisamente esa abstención (de los pocos anuncios que han sido ciertos estos días) permitió que el bastón de mando se entregara ayer a Luis Salaya, quien asumió el cargo «con un enorme honor, con una enorme responsabilidad, pero también con una enorme carga porque supone tomar el testigo de personas como Antonio Canales, Juan Iglesias Marcelo, Carlos Sánchez Polo, José María Saponi, Carmen Heras o Elena Nevado, que se han dejado una parte importante de su vida peleando por esta ciudad», dijo.

Salaya, que no llevaba un discurso preparado porque le «atormentaba» la idea de no utilizarlo (no tuvo certeza de su investidura hasta pocas horas antes), hizo especial énfasis en «estas últimas 48 horas extraordinariamente duras y seguramente incomprendidas por buena parte de los vecinos de Cáceres», pero quiso dejar claro que «lejos de lo que pensará la mayor parte de la ciudadanía, en estas tres semanas lo que he visto han sido 25 concejales buscando la mejor fórmula para gobernar su ciudad desde el convencimiento de que hacían lo correcto, que han llegado a soportar presiones y que han vivido situaciones muy difíciles, anteponiendo los intereses de Cáceres por encima de ninguna otra cosa».

Por ello, agregó, «me siento extraordinariamente orgulloso de vosotros», en alusión a los compañeros de PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas por Cáceres y Vox. «Hoy se sienta en este pleno una generación extraordinaria de políticos, dispuestos a dejarnos el pellejo para sacar adelante Cáceres».

En este sentido, abogó por el «entendimiento y el diálogo» a fin de que la ciudad «camine con paso firme hacia el futuro», recordando que en ese mismo salón de plenos «se han mantenido debates de altura», y que «muchos han luchado y han muerto para que pudiésemos estar hoy aquí».

Salaya, dispuesto a que la voz de los cacereños se escuche «en Mérida, en Madrid, en Bruselas...», hizo un guiño a las mujeres, «a todas las cacereñas que, mucho menos conocidas y mucho más silenciadas durante siglos, han sacado adelante la ciudad». También tuvo palabras especiales para las gentes de los barrios cacereños que, lejos del protocolo y de la masiva presencia de autoridades de ayer, «son los que nos han elegido».

Un discurso integrador y elegante que, sin embargo, se topará con la fría realidad: un gobierno en minoría formado por los 9 concejales del PSOE frente al total de 25 de la corporación cacereña. Salaya lo sabe y por ello también anunció que mañana lunes comenzará una ronda de contactos con los diferentes grupos, «para que pensemos cómo queremos que se gobierne Cáceres». De momento no desvela si buscará coaliciones o gobernará en solitario, «porque ha ido todo muy rápido en las últimas horas y hay que recapacitar sobre el planteamiento de futuro de la ciudad». No obstante, reveló que no está cerrado a «ninguna fórmula» y que tiene «la seguridad» de que será una legislatura en la que se podrán hacer «cosas importantes», «con mayorías suficientes para realizar los cambios que necesita esta ciudad».

«No va a ser una decisión solo mía --agregó--, sino también del resto de partidos, y quiero hablar con todos antes de tomar una decisión así», subrayó, sin esconder que su opción preferida era que ayer se hubiese sellado una mayoría absoluta de PSOE-Ciudadanos.

Sin embargo, de momento se han abierto las distancias entre los partidos (que en política jamás son insalvables, sino todo lo contrario). Ciudadanos, tras los dos acercamientos fallidos a PSOE y PP, anunció minutos antes del pleno que se marcha a la oposición y no quiso entrar a valorar ningún posible acuerdo. «Haremos una política de oposición constructiva que permita la implementación de nuestro programa liberal, basado en la dinamización empresarial, el desarrollo de la ciudad y el estado del bienestar», dijo Francisco Alcántara, líder de Ciudadanos en Cáceres. «El gobierno en minoría va a necesitar a todos, y allí estaremos para hacer aquello que sea coherente con nuestra visión de la ciudad. Seremos más útiles en la oposición», matizó.

POR QUÉ LA ABSTENCIÓN / Alcántara no llegó a negar que su formación haya puesto sobre la mesa un turno de dos años en la alcaldía, pero a la vez afirmó que «a nivel local esta opción nunca ha sido considerada como lógica, porque un gobierno estable en un ayuntamiento no es un gobierno de 2 + 2, requiere una cabeza que lo lidere durante cuatro años». Agregó que la decisión de abstenerse se tomó a la 1.30 de la madrugada tras analizar que, aunque PP y PSOE habían aceptado sus medidas programáticas, «ninguna de las dos opciones permitiría el desarrollo real de nuestro programa, que suponía la llegada a Cáceres de unas inversiones para el cambio que requerían un presupuesto de más de cien millones de euros, y esto no lo teníamos garantizado con ninguno de los dos partidos».

Finalmente, Ciudadanos manifestó ayer que su obligación era intentar un gobierno de coalición, «al quedar como tercer partido desde una posición de centro». Al no lograrlo, «tomamos una decisión última, coherente, de abstenernos», decisión que, afirma Alcántara, «está validada y consensuada con nuestro comité nacional de pactos».

Por su parte, el PP no quiso extenderse ayer en declaraciones. Su líder, Rafael Mateos, portavoz del Gobierno local durante la última legislatura de Elena Nevado, emplazó a una rueda de prensa en próximos días «por respeto al nuevo alcalde, hoy es su día, merece todo el protagonismo». Sí dijo a Efe que ve difícil un gobierno en minoría, pero espera que haya «altura de miras» para llegar a acuerdos importantes para la ciudad. «Desde el PP hemos optado por estar en la oposición y haremos una oposición responsable», destacó.

Sin embargo, en círculos privados el PP comentaba ayer su rechazo a «mercadear con la alcaldía», en alusión a la propuesta de dividir la legislatura en 2 + 2 años que, según afirmaban, les había planteado Ciudadanos, tal y como se ha hecho en Badajoz. Los populares sostenían que no podían «jugar así» con el voto de los cacereños «por dignidad».

De otro lado, Unidas por Cáceres (Podemos) reveló que el PSOE no se ha dirigido a ellos desde las elecciones, pero la formación se muestra dispuesta a tender su mano a las iniciativas que entienda coherentes. «Para nosotros hubiera sido más difícil respaldar las opciones del PSOE en una coalición con Ciudadanos por sus medidas liberales, pero al estar solo será más fácil que cuente con nuestro apoyo», subrayó Consolación López, líder de la formación, que ha sumado un concejal más.

Por su parte, el único edil de Vox, Teófilo Amores, mostró ayer su «plena disposición a colaborar con el nuevo alcalde, desde la lealtad más absoluta a la ciudad y al ayuntamiento». Entiende que se trata de un gobierno en minoría obligado a contar con el resto de los partidos, «por eso manifiesto mi voluntad de apoyar todo lo que contribuya a sacar Cáceres adelante, sin ningún tipo de problema, venga del partido que venga, por supuesto también del PSOE, siempre que sea favorable a la ciudad», matizó.