Que ya habitualmente a lo de poner en marcha una empresa se le dé el nombre de aventura hace más complicado encontrar un sustantivo que haga justicia a lo que hacen quienes, con la que está cayendo, se deciden a hacerlo en plena crisis económica. Y en Extremadura, haberlos, los sigue habiendo, aunque eso sí, cada vez son menos. Es lo que revelan los últimos datos del INE, según los cuales en febrero pasado se crearon en la región 129 sociedades mercantiles (sociedades anónimas o limitadas), un 27% menos de las que se constituyeron en el mismo mes del 2008 (177). De esta forma, se da continuidad a una racha negativa que se prolonga desde mayo del 2008 y que llevó a que el ejercicio finalizase con 1.625 nuevas sociedades mercantiles en la región, por las 2.333 del ejercicio precedente (más de un 30% de descenso).

Por lo que respecta al capital suscrito para la constitución de estas sociedades, el diferencial entre el 2007 y el 2008 es también significativo, ya que se pasa de 154 millones de euros a 48 millones, con lo que la media desembolsada por empresa desciende desde 66.000 euros a 30.000. Es decir, no solo es que se crean menos empresas, sino que las que se crean son de menor tamaño, con lo que, previsiblemente, su número de trabajadores es también más bajo. Las cifras registradas en la región replican la tendencia experimentada en el resto de España, donde el número de nuevas empresas se desplomó todavía más en el 2008 (un 39,3%) y un 36,1% en enero.

Ricardo Hernández Mogollón es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Uex y director del Proyecto GEM en Extremadura. La próxima edición de este estudio, que se realiza en más de cuarenta países y que mide los niveles de actividad emprendedora, aún tardará unos meses en conocerse, pero Hernández Mogollón, a modo de avance, ya adelanta que se ha apreciado una bajada en la Tasa de Actividad Emprendedora tanto en Extremadura como en el resto de España. Además, Hernández Mogollón hace hincapié sobre otro aspecto: están disminuyendo las empresas que se crean por oportunidad (bajan un 21%) mientras que se disparan las que se ponen en marcha por necesidad (en un 116%). "Esto no es bueno para la economía, porque las empresas que tienen un mayor crecimiento y supervivencia son las creadas por oportunidad", argumenta.

En cualquier caso, este experto está convencido de que para los emprendedores aún quedan buenas oportunidades de negocio en Extremadura. En esta línea apunta que hay que diferenciar las perspectivas económicas que existen a corto plazo, ensombrecidas por la crisis, "de las de a largo plazo, que en la región son impresionantes".

Juan Manuel Arribas, secretario general de la Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex), también prefiere ver el vaso medio lleno: "los porcentajes de empresas que se crean y que se disuelven son mejores que en otras comunidades autónomas". En este sentido, resalta que el balance entre las sociedades que nacen y las que se destruyen "sigue siendo bueno".

A su juicio, en esta menor repercusión de la crisis están influyendo dos factores: por un lado, que en la región el tejido empresarial está compuesto básicamente por pymes --"donde la crisis tiene una incidencia más inmediata es en las empresas que tienen una dimensión mayor", aclara--. Por otro, que la actividad empresarial en la región está más orientada hacia el sector primario y el agroindustrial, "que se están viendo menos condicionados por la crisis".