"El proyecto de la refinería está hoy mucho más cerca que ayer". De esta manera tan gráfica explica Juan Sillero, consejero delegado del Grupo Alfonso Gallardo, promotor de la industria petroquímica en Tierra de Barros, la situación de la iniciativa empresarial atascada en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Asegura que "el proyecto ha cambiado y mejorado muchísimo respecto al primero que se presentó y hoy sabemos qué nos falta y los temas están muy claros, avanzados y muy centrados".

Quedan tres cuestiones por resolver, relativas a las instalaciones portuarias en Huelva, los vertidos y el tráfico de petroleros, tal y como informó este periódico el pasado 1 de mayo. Todo esto quedará resuelto por parte de la empresa "mucho antes de que acabe el año", y con ello "creo que terminará el proceso", indicó Sillero, aunque hay que recordar que el ministerio tiene tres meses de plazo tras recibir los datos para pronunciarse sobre la declaración de impacto ambiental.

Lo que el Grupo Gallardo tiene claro es que el proyecto "es viable" y que sigue estando muy interesado en él pese a la situación económica actual. Para ello argumenta que cuando estén produciendo las de Cartagena, Huelva, la proyectada por BP y otra en el País Vasco, aún así habrá déficit de gasóleo. Además, señala que "cada barril de petróleo que entre en la refinería que proyecta se convertirá en combustible en su totalidad, mientras que en la media de las plantas españolas y europeas, un 20% son residuos que no se aprovechan.

Estas razones justifican su viabilidad, reitera.