Ayer fue 28 de diciembre, pero en Valdelacalzada no están para bromas, aunque algunos de ellos se sintieron víctimas de una inocentada. Se trata de los socios de la cooperativa agraria Caval, que el pasado 9 de diciembre presentó un concurso de acreedores al destaparse una deuda millonaria, que según las últimas informaciones ronda los 27 millones de euros. Los miembros de la sociedad --220 agricultores-- estaban ayer convocados a una Asamblea General en la que debían votar a favor o en contra del plan de viabilidad elaborado por dos empresas especializadas. En definitiva, se votaba si se desmantela la empresa o si los socios están dispuestos a arriesgar su patrimonio personal para adquirir un crédito por valor de 13 millones a pagar en los próximos 25 años, y dar así continuidad a la cooperativa. El resto de la financiación procedería de otro crédito, con igual plazo de amortización, que sería avalado con las propiedades de la cooperativa.

Sin embargo, las primeras palabras pronunciadas por el presidente del Consejo Rector de la sociedad pilló a la gran mayoría de los asistentes con el paso cambiado. "Hoy no se va a votar el plan de viabilidad", dijo Juan José Magdaleno, a pesar de que era el único punto incluido en el orden del día de la convocatoria. "Esto parece una broma, no es nada serio", se exclamaba entre las butacas.

A la salida de la asamblea, Magdaleno insistía en la importancia de que los socios se mantengan unidos con el fin de poder negociar con los bancos --con cuyos representantes se mantuvo ayer mismo una última reunión-- las condiciones más ventajosas para los afectados. Por este motivo, se distribuyó un pequeño cuestionario que fue sometido a votación con el fin de lograr una postura conjunta. En él se incluían cuestiones como si los socios están dispuestos a comprometerse de forma "moderada" en la continuidad de la sociedad, pero no se daban más detalles sobre ese compromiso.

Esta unidad será la principal arma de los cooperativistas a la hora de negociar los créditos con los bancos. El objetivo primordial es que los socios no tengan que poner en riesgo su patrimonio personal.

Con la maniobra de posponer la votación del plan de viabilidad el consejo rector ha ganado tiempo en su lucha por lograr la continuidad de la cooperativa, puesto que la postura predominante ayer entre los afectados era la de rechazar el plan y, en consecuencia, echar el cierre a una cooperativa que es referente en la economía de la zona.

Para poder negociar los créditos los bancos necesitan un interlocutor válido. Este será el cometido de una comisión formada por cuatro miembros, dos del actual consejo rector y otros dos del grupo opositor que organizó las movilizaciones en Valdelacalzada para reclamar las cantidades que se les adeuda a los cooperativistas. La inmensa mayoría aún no ha cobrado la presente campaña y algunos, se estima que medio centenar, también está pendiente de la del 2008.

Mientras tanto el tiempo corre y los plazos legales para que se haga efectivo el concurso de acreedores no se detiene. La fecha límite es el 9 de febrero. La próxima asamblea de socios será el 7 de enero, día en el que se elegirá a un nuevo consejo rector, puesto que el actual presentó su dimisión el 23 de diciembre.