BAGDAD. Un marine apunta a un objetivo con su mirilla telescópica ante el asombro de dos supuestos miembros de la Guardia Republicana, vestidos de civil, a los que retiene. La escena ocurre en la nueva autopista de Bagdad, a las afueras de la ciudad. Es fácil imaginar la cantidad de víctimas civiles que una invasión así puede causar. Hoy por hoy, esa cifra es un secreto. FRANCESC LAUSIN