Hace un mes y medio, el pasado 16 de junio, el exvicepresidente y ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba visitaba las dependencias de la nueva Comisaría de Policía de Mérida. Una semana después se producía la apertura de las puertas del nuevo Palacio de Justicia de Mérida, que aglutina todas las sedes judiciales de la capital extremeña. Ambos edificios distan entre sí menos de diez metros. Al otro lado de la calle, en la acera de enfrente se ubica la barriada de San Lázaro, el Peri, como es popularmente conocida.

Se trata del barrio más conflictivo y con mayor índice de marginalidad de la capital extremeña. La puesta en marcha del proyecto Mérida III Milenio prometía mejorar la barriada, principal foco de tráfico y venta de drogas. Se trata de un plan que ocuparía los terrenos de la antigua barriada de La Paz, junto al acueducto de San Lázaro. En este emplazamiento, cedido a la Junta, se proyectó la construcción de las citadas comisaría y palacio judicial, así como otras sedes. A su término se convertirá en una auténtica ciudad administrativa.

Hace algunos años que se trasladó hasta el lugar la Consejería de Fomento. Este mismo año también se ha inaugurado la sede central del Centro 112 y desde hace tres años residen unas 500 familias que adquirieron uno de los pisos del Plan 60.000 puesto en marcha por la Junta. A partir del año que viene, que es cuando está prevista la finalización de las obras del edificio, se espera que se trasladen las dependencias de varias consejerías del gobierno regional.

Con su puesta en marcha se esperaba un cambio en El Peri. Un nuevo modelo de integración de una zona marginal. No ha pasado ni un mes y medio desde la inauguración de la Comisaría, y entonces nadie esperaba que la barriada experimentara un profundo cambio en tan corto espacio de tiempo, pero tampoco que se produjera un tiroteo a plena luz del día en un lugar que se puede ver desde las ventanas de la comisaría y de los juzgados.

El propio Rubalcaba hizo referencia al carácter "especial" de la ubicación de las nuevas dependencias. Lo cierto es que los detenidos de ayer pasaron la noche en sus instalaciones, a escasos metros del lugar en el que se produjo el tiroteo, también de sus propias casas, y de donde tendrán que declarar delante del juez.