Los líderes de UGT y CCOO afirmaron ayer que hay "alternativas distintas" desde la izquierda a las políticas de recorte del Gobierno para salir de la crisis e insistieron en que no cabe la resignación ni llevar a la población a la pasividad ante la actual situación. Durante su discurso al finalizar la manifestación del Primero de Mayo en Valencia, los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, que por primera vez han asistido a la marcha de la capital valenciana, criticaron el "giro" de la política del Gobierno, un camino que ha llevado al "fracaso".

Según los sindicatos, la marcha contó con la participación de 20.000 personas. La Policía Local cifró la asistencia en 3.000. Y la empresa Lynce, con un análisis a través de distintas imágenes tomadas de la protesta, lo estipuló en 8.050 personas, con un margen de error al alza del 3 %.

Aunque la respuesta social no fue masiva, Toxo insistió en que hay 4,9 millones de "razones más" --esa es la cifra de parados en España-- para reclamar soluciones alternativas económicas, fiscales, sociales y laborales "distintas" a las políticas del Gobierno. También aseguró que es "el tiempo de la movilización para la defensa de los intereses de la mayoría" y la sociedad no puede quedarse pasiva ante el "escoramiento" hacia la derecha en Europa, que "impregna" la acción del Gobierno de España y los ámbitos de las Comunidades Autónomas y ayuntamientos.

Por su parte, Méndez alertó de que puede haber "una segunda onda de choque" tras las elecciones del 22 de mayo y "poner en tela de juicio los servicios fundamentales".

CRITICAS A CCOO Y UGT Los sindicatos minoritarios --CGT, USO y CNT-- criticaron en diversos actos la firma del Pacto Social de CCOO y UGT con el Gobierno, acusándolos de amenazar la estabilidad sindical en España por suscribir ese acuerdo. El secretario general de USO, Julio Salazar, pidió transparencia en el proceso de negociación colectiva y que no se relaje la protección social, mientras que desde la CNT se abogó por una gran marcha sindical tras el verano.

En cuanto a las manifestaciones en otras ciudades españolas, en Madrid se reunieron 41.000 personas, según CCOO y UGT, para protestar, principalmente, contra las políticas económicas y sociales del Gobierno de Esperanza Aguirre. Los líderes sindicales de Madrid, Javier López (CCOO) y José Ricardo Martínez (UGT) criticaron las políticas neoliberales, al tiempo que cifraban en 15.000 millones de euros los "regalos fiscales" que en el último lustro se han embolsado las grandes fortunas madrileñas.

En Cataluña, días antes de la protesta del 14 de mayo contra los recortes presupuestarios, cerca de 11.000 trabajadores, en diversas ciudades catalanas --unos 8.000 en Barcelona--, marcharon para rechazar los recortes sociales y exigir que se cree empleo. Los Mossos d´Esquadra detuvieron a varias personas por disturbios mientras participaban en una manifestación alternativa y antisistema. Con el lema "Ahora nos toca a nosotros", esta protesta recorrió la parte alta de Barcelona y congregó a unas 8.000 personas, según la organización, 1.500 según fuentes policiales.

Córdoba fue elegida como sede para la principal marcha en Andalucía, donde 6.000 persona según los sindicatos UGT y CCOO, y 5.000 según la Policía Local, desfilaron en demanda de empleo. Los líderes sindicales andaluces hicieron un llamamiento a la rebelión ciudadana contra el desempleo. En Bilbao se celebraron dos manifestaciones, con CCOO y UGT por un lado y los sindicatos nacionalistas (ELA, LAB, STEE, EHNE e HIRU) juntos por primera vez desde 2007.