El fantasma de una guerra dentro de la guerra aúlla con fuerza en el norte de Irak. La toma de Kirkuk por los peshmergas (guerrilleros) kurdos encendió ayer todas las alarmas en Turquía. El Gobierno turco consideró "inaceptable" que esa ciudad petrolífera quede en manos de los kurdos y amenazó con enviar tropas para impedirlo. Estados Unidos garantizó a Ankara que Kirkuk quedará bajo control norteamericano y pactó el envío de observadores militares turcos a la zona.

Veinticuatro horas después de que el régimen de Sadam Husein se desplomase, la amenaza de un nuevo conflicto bélico enmarañó aún más el complicado tablero iraquí. Turcos y kurdos, los dos actores de esta subcrisis, son aliados de EEUU.

JUBILO E INQUIETUD

Ayer por la mañana, mientras miles de ciudadanos celebraban en las calles la toma de Kirkuk por unos 10.000 peshmergas , el ministro de Exteriores turco, Abdulá Gul, exigía a Washington garantías de que esa plaza no quedará en manos de los kurdos.

Gul telefoneó al secretario de Estado norteamericano para pedirle la retirada de los peshmergas de Kirkuk. Colin Powell le aseguró que la situación quedará bajo control de EEUU y que en las próximas horas llegarán a la ciudad más tropas americanas.

Ambos políticos acordaron el envío de observadores militares turcos a la zona para verificar el cumplimiento de las garantías dadas por EEUU. Horas después, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, confirmó el acuerdo y ratificó el compromiso.

Pero, por si acaso, Gul insistió en que Turquía no aceptará bajo ninguna circunstancia que Kirkuk quede en manos de los kurdos. En tal caso, avisó, el Gobierno de Ankara "hará lo que sea necesario". A última hora de la tarde, el dirigente kurdo Bahroz Galali anunció que los peshmergas se retirarán hoy de Kirkuk y la dejarán en manos de EEUU.

Washington no sólo ofreció garantías a Ankara para evitar una intervención militar turca; también le amenazó al respecto. El Senado estadounidense puso el miércoles una condición para hacer efectiva una ayuda a Turquía de 1.000 millones de euros (166.000 millones de pesetas) ampliables con avales crediticios hasta 8.500 millones: si las tropas turcas entran en Irak, ese dinero nunca llegará a Ankara.

EEUU ya canceló el mes pasado un paquete de ayudas a Turquía por valor de 30.000 millones de euros en represalia por el veto de Ankara al paso de 60.000 soldados norteamericanos por su territorio para atacar por el norte a Sadam.

ENTRADA TRIUNFAL

Fuerzas kurdas de los dos grandes partidos de la región (la UPK y el PDK) entraron ayer por la mañana en Kirkuk. Sólo encontraron una débil resistencia de militantes baazistas. El grueso de la guarnición militar iraquí se rindió. Otra parte abandonó gran cantidad de armamento y huyó hacia Tikrit, la ciudad natal de Sadam, donde aún resisten unidades de la Guardia Republicana y leales del régimen.

La entrada de los peshmergas en Kirkuk provocó un estallido de júbilo entre la población. Nada que ver con las escenas de la caída de Bagdad. En la capital iraquí, las tropas que entraban eran extranjeras; en Kirkuk, ciudad de mayoría kurda, eran sus propios guerrilleros, aclamados a gritos como "libertadores".

MOSUL RESISTE

Kirkuk, con 730.000 habitantes y a 300 kilómetros de Bagdad, es la segunda gran ciudad del norte, después de Mosul. Esta última seguía ayer en manos del Ejército iraquí, aunque los peshmergas y tropas americanas con carros de combate están a sus puertas.

Sadam expulsó de Kirkuk a miles de familias kurdas y las reemplazó por árabes. Ahora, los kurdos expulsados se preparan para recuperar sus hogares, lo que puede suponer otra fuente de conflictos.

Por su parte, el Gobierno de Ankara teme que el petróleo de Kirkuk dé a los kurdos una baza económica para independizarse de Irak, y que eso dé alas a los nacionalistas kurdos de Turquía.