La valoración económica de la superficie forestal extremeña sobrepasa los 13.900 millones de euros, según datos del tercer Inventario Forestal Nacional, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, y dados a conocer ayer por la Junta de Extremadura.

Esta cifra es cerca de dos veces y media los presupuestos generales de la comunidad autónoma extremeña para el 2009, que ascienden a 5.790 millones de euros, y recoge los aspectos productivos, recreativos y ambientales que aporta la masa forestal. El apartado ambiental supone aproximadamente el 50% de la estimación económica total y engloba, entre otras cosas, el valor ecológico de los sistemas forestales como almacén de biodiversidad o el carácter protector de los montes para conservar los suelos y mejorar la calidad del agua.

El resto de esos 13.900 millones de euros se reparte, casi a partes iguales, entre las vertientes recreativa y productiva. La primera de ellas refleja el valor de los sistemas forestales como lugares de recreo y ocio, y comprende el valor económico de las áreas recreativas y el que se le supone al paisaje, medido por la satisfacción que produce a los usuarios el disfrute de los espacios forestales y naturales.

Por su parte, la faceta productiva abarca el valor del monte como generador de productos que tienen un precio de mercado, para lo que se han tenido en cuenta cinco productos forestales: madera, pastos, caza, corcho y frutos (castaña y piñón).

LA MITAD DE LA REGIÓN Aproximadamente el 70% del territorio regional extremeño está constituido por espacios forestales según la definición legal de monte: terrenos rústicos que no están ni cultivados ni urbanizados en donde la intervención humana es menor y, la mayoría de las veces, escasa o nula. Los terrenos arbolados ocupan cerca de dos millones de hectáreas, un 70% del total de los espacios forestales y cerca de la mitad (49%) de la superficie de la comunidad autónoma. Más de un millón de hectáreas son bosques adehesados, mientras que más de cien mil hectáreas son de arbolado disperso que no constituyen auténticos bosques. El resto, más de ochocientas mil hectáreas, pertenecen a bosques más o menos densos.

En cuanto a la cifra total de árboles, en Extremadura hay unos seiscientos millones, lo que significa unos quinientos árboles por habitante, casi cinco veces la media nacional, situada en 110. En la última década los espacios arbolados han aumentado un 32% (medio millón de hectáreas). El incremento es más significativo en la provincia de Cáceres, que con más de un millón de hectáreas arboladas se convierte en la provincia española con mayor superficie de este tipo, seguida de Badajoz, Cuenca y Huelva.

Además de estos datos, procedentes del tercer Inventario Forestal Nacional, ayer se dieron a conocer los resultados de un estudio sociológico elaborado por la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente de la Junta que ha buscado conocer la opinión de los extremeños sobre la situación de sus montes y sus previsiones de cara al futuro, un trabajo que se ha desarrollado en el marco de la Primera Revisión del Plan Forestal de Extremadura que está teniendo lugar en estos momentos.

De los resultados obtenidos en este sondeo se deduce que las funciones forestales se consideran importantes casi de forma generalizada, siendo el aspecto ambiental al que se da más relevancia por su carácter protector para la fauna y flora, agua, suelo y otros recursos naturales, seguidas de las funciones productivas y, en último lugar, de las funciones recreativas o sociales.