Antonio Morales es propietario de una empresa constructora, y aunque su negocio no ha quebrado como tantos de este sector empresarial, este constructor afirma que si bien "antes podía permitirme dos lujos" ahora no puede. "Viajaba, iba a restaurantes, tenía una solvencia económica muy acomodada y me iba muy bien, aunque la verdad sea dicha, antes podía permitirme más de dos caprichos y ahora uno, a veces, es demasiado". Sin embargo, Antonio reconoce que "en el fondo tengo que dar gracias porque me dedico al sector más dañado y el que ha motivado esta vorágine económica y financiera y aún así no me ha afectado demasiado. Mi empresa constructora es de mediana envergadura y no he tenido tantos problemas como los gigantes de las construcción y por lo que no me afecta mucho, sin embargo temo que de aquí a dos años la situación sea insostenible". En definitiva, su situación se debe a los "ahorros de mi negocio", aunque vaticina que no le durarán los "nueve años que perdurará la crisis", dice.