La Casa Blanca pidió ayer a España que la retirada de sus tropas de Irak se ejecute "de manera coordinada, responsable y ordenada", en palabras de un portavoz que restó importancia a la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero y aseguró que no afectará a "la estrecha cooperación con España, aliado en la OTAN, en la lucha contra el terrorismo", ni a la unidad de la coalición en Irak.

La Administración de Bush había asumido la retirada de tropas españolas de Irak antes de que Zapatero la hiciese pública, pues la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, declaró a la cadena televisiva Fox, minutos antes del inesperado anuncio: "No me sorprendería en absoluto que lo hicieran retirar las tropas de Irak".

La retirada "no ha sido inesperada, nosotros sabíamos que Zapatero iba a dar ese paso", reveló por su parte un alto funcionario del Departamento de Estado, que quiso permanecer en el anonimato.

La asesora de Seguridad Nacional hizo hincapié en que la repatriación de las tropas españolas en Irak no debilitará a la coalición, que seguirá siendo "fuerte".

Por su parte, un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán dijo ayer a este diario en Berlín que "la medida es una decisión soberana que el Gobierno alemán respeta", y añadió que "es un elemento más en el intento europeo de adoptar una política común en relación con Irak", informa Gonzalo Cáceres.

TEMOR El ministro polaco de Defensa, Jerzy Szmajdzinski, dijo ayer que la retirada de las tropas españolas destacadas en Irak complicará la organización de la misión de estabilización en el sector centro-sur de ese país, de la que Polonia está al cargo.