José Luis Rodríguez Zapatero presentará hoy, en el debate sobre el Estado de las autonomías que se celebra en el Senado, los ejes de su propuesta para la reforma constitucional de esta cámara. Reforma con la que, según informan fuentes gubernamentales, el presidente pretende convertir el Senado en una cámara territorial de corte netamente federal, con escaños para los representantes de todos los gobiernos autonómicos.

Más de ocho años después de que José María Aznar asistiera a su primer y último debate territorial, el presidente del Gobierno inaugurará hoy en el Senado una sesión en la que está confirmada la participación de todos los presidentes autonómicos salvo el lendakari Ibarretxe.

Zapatero quiere dotar de contenido un debate autonómico que se comprometió a resucitar cuando estaba en la oposición. Para ello se presentará en el Senado con lo que el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, define como "la hoja de ruta" de las reformas constitucionales anunciadas, que incluirá el calendario, el método de trabajo y, también, algunas concreciones sobre los planes del Ejecutivo.

CONSEJO DE ESTADO El proceso se iniciará en un par de meses, cuando el Consejo de Estado emita su dictamen sobre las cuatro reformas de la Carta Magna que desea el Gobierno: supresión de la discriminación de la mujer en la sucesión a la Corona; vinculación de la legislación española a la europea; listado de las 17 autonomías y las dos ciudades autónomas; y conversión del Senado en la cámara territorial que idearon, pero no materializaron, los padres de la Constitución. Estas reformas requieren una mayoría de dos tercios en las Cortes, elecciones, convalidación de los cambios en ambas cámaras y ratificación en referendo. Como pronto, el proceso concluirá en otoño del año 2008.

El modelo de Senado federal que está diseñando Zapatero se inspira en el Bundesrat, la Cámara alta alemana. Su idea es que sea, según fuentes del Gobierno, "el núcleo más importante de cooperación e integración de todas las autonomías", y que también centralice la colaboración entre éstas y el Estado.

Para lograrlo, deberá tener una "composición mixta de representantes directos de los gobiernos autonómicos y senadores electos", según el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla. La reforma también institucionalizará la presencia de los presidentes autonómicos en el Senado, con los mismos derechos que los ministros pero sin el control parlamentario.

Las autonomías tendrán reservado un número de escaños aún por determinar. Y las elecciones del Senado dejarán de coincidir con las del Congreso. Al acabar la legislatura, el presidente no podrá disolver el Senado, que se renovará parcialmente cada cuatro años en unas elecciones simultáneas a las autonómicas. Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía, que celebran sus comicios en fechas distintas al resto, renovarán a sus senadores al tiempo que elijan a los diputados autonómicos.

Pasa a la página siguiente