Ya habían talado antes del verano algunos de los altos y hermosos árboles de la calle Simón Benito Boxoyo, la antigua Mejostilla. Decían que estaban enfermos, pero ¿todos? ¿sin remedio posible? Al terminar el verano, el efecto visual y térmico, sin contar el anímico,que se sufre al pasar por la calle es formidable: han talado todos los antiguos árboles de una calle antes sombreada y fresca. Al lado de cada tronco han plantado unas frágiles ramas, sin hojas casi, que serán árboles si los dejan...¡Tanto tiempo y resistencia para esto!¡para ser desechados por mayores! Seguro que será más fácil reparar el acerado, pero ¿habrá merecido la pena este destrozo?