Señor Matías González, Presidente de la Plaza de toros Vista Alegre de Bilbao, no vaya de víctima hombre, ni tampoco de adalid de la libertad pidiendo a los detractores de la tauromaquia que "dejen en paz a los ciudadanos". ¿Va a dejar Usted en paz a los toros? En el recinto que preside se les tortura y mata. Y esos a los que acusa de "no saber convivir e imponer las cosas", tienen la valentía de llamar crimen a lo que sólo le falta la consideración legal para serlo. Afirma que los taurinos "nada imponen y quien quiere ir al espectáculo va libremente". ¿El toro también? En su plaza entran vivos y salen muertos, una imposición mortal no le preocupa.A todo esto que toreros y empresarios taurinos han enviado una carta de agradecimiento al Rey por apoyar la Fiesta. Gratitud justificada, pues si bien el Monarca no ha expresado públicamente - como le reclaman - su pasión por la lidia, no hay duda de que disfruta de ella, siendo habitual verle sonreír ante… el sufrimiento de un toro. ¿Merece las gracias por defender la crueldad?Pero llega un tal Santiago Ortiz, matador y profesor – dicen - y reta a Don Jesús Mosterín a ponerse ante un toro para echar por tierra sus declaraciones, aquellas en las que explica que es un herbívoro pacífico y que ni el valor del torero ni el supuesto peligro que corre son tal como nos los quieren vender desde la parafernalia taurina. Señor Ortiz, no es la cuestión si el toro atacaría o no a este Profesor de Filosofía, aquí lo importante es que Usted y los suyos, que matan y cobran por hacerlo, quieren centrar la crítica social en las, según ustedes, falacias del Señor Mosterín, pero además de dudar que las afirmaciones de este insigne abolicionista entren en esa categoría, permítame recordarle que lo realmente miserable y repugnante es torturar y asesinar a un animal. ¿Reclaman su derecho seguir haciéndolo y acusan a otros de mentir? ¡Sic!Y por último están los que se escandalizan porque el Señor Kepa Tamames habla del "terrorismo taurómaco". Bueno, habrá que preguntarle al toro si lo que siente en el ruedo es otra cosa que terror. Pero no puede responder, ¿verdad?, y ya se encargan Ustedes de que no escuchemos sus lamentos durante la lidia. Verán, a mí, como a otros muchos animalistas, nos han llamado a menudo terroristas está escrito y no nos hemos puesto tan nerviosos, seguramente porque tenemos la conciencia tranquila y nuestras manos no están rojas - como diría mi admirado Ángel Padilla -. Ustedes no pueden afirmar lo mismo, y por eso se dedican a "aterrorizar" a la sociedad para desviar su atención del verdadero problema: que una corrida de toros es un espectáculo atroz donde un animal es sometido a un inmenso dolor hasta matarlo. ¿Y piden que les dejemos en paz? No señores, no podemos ni debemos dejarles en paz.Julio Ortega Frailewww.findelmaltratoanimal.blogspot.com