Seguro que Rodríguez, Pérez y demás miembros y miembras -que no se me olvide esta patochada y paletada- no son consecuentes consigo mismos ni con España, y por supuesto, con los españoles.

Dejando de lado, ahora que no hay remedio, que se tendrían que haber convocado hace ya bastantes meses las elecciones generales, y viendo lo que hacen en la actualidad, no me queda la menor duda que los miembros del gobierno y los que sustentan a éste, son personas no consecuentes. Es más, yo diría que no tienen el pudor necesario para convocar elecciones antes del 20N. Una persona sin pudor es lo mismo que decir que no tiene vergüenza.

Rodríguez y sus compañeros de cordada saben, porque en todos los medios se lee y se oye, que los españoles estamos -todos- en contra de lo que nos ha hecho y sigue haciéndonos, y él -y ellos- erre que erre, sin dar el brazo a torcer. Parece como si les no importara -seguro que les importa un comino la situación y lo que nos pase-. Es comprensible, pero no natural.

Ellos, todos, se van a ir de esas poltronas porque se les va a echar de ellas, con toda seguridad, con los bolsillos bien repletos y con unos salarios mensuales astronómicos, a los que hay que añadir el salario del puesto en el que les coloque el jefe de la mesnada, y dejan una estela de casi cinco millones de parados, las pequeñas empresas diezmadas al máximo y en las arcas de los bancos una inmensidad de pisos que no han podido pagar los compradores -aunque a la banca hay que atarla más que corto porque nos sangran nada más entrar en el establecimiento-.

Esto tiene que cambiar de una forma u otra, y espero que el partido que entre a gobernar -el Partido Popular, por supuesto- tome buena nota de ello. Ya se está viendo como este partido va poniendo la cosa en solfa. Se cree Rodríguez que con atrasar sus vacaciones, y Pérez, haciendo el paripé del parquímetro -que, ojo, los sábados y domingos no se paga- nos alegran la existencia. Pues no señor. Con estos gestos nos sublevamos más, mucho más, porque parece que nos toman por subnormales. Y no es así. Estas melonadas no solo nos sirven de acicate sino que nos ponen mucho más en su contra -excepto, claro, los que han visto que siendo socialistas y entrando en la rueda, sus salarios pueden llegar a las nubes, como así ha sido, y a vivir que son dos días-.

Pérez es, después de Rodríguez, lo peor que les puede pasar a los socialistas, que no piensan en las ideas serias del partido. A los que votan por votar, por no votar a su enemigo sin saber por qué ni qué, porque les han vendido unas ideas que ellos mismos las han tenido y hecho, ya que a los que pensamos que ser socialista, como bien dijo el Sr. Aznar, es perder el tiempo, no nos causa temor alguno.

Repito lo que tantas veces he escrito: Pérez vociferó que "España no se merece un gobierno que nos mienta". Y él ¿no nos ha mentido nunca? No ha hecho otra cosa en su vida política que mentirnos para acceder al sitio en donde se encuentra hoy. Que se saque primero la viga que tiene en su ojo, y luego...