La relación del cine con los videojuegos ni es nueva ni es muy buena. Por regla general, Hollywood se ha servido de las tramas propuestas en algunos de los video-juegos más populares, olvidándose de que estos productos para consolas varias tienen un lenguaje específico que puede ser aplicado de distintas formas a la narrativa cinematográfica. No deja de resultar curioso que esta apropiación de determinados rasgos del videojuego, especialmente el del punto de vista que provoca la interacción del jugador, se haya producido en películas independientes que nada tienen que ver con la adaptación de los productos para Play Station, Nintendo y similares.

´Max Payne´, es un video-juego llevado a la gran pantalla a lo bruto, como es habitual en el intercambio de previsibles golpes entre sendas disciplinas.