Ingmar Bergman lleva años de existencia solitaria en la isla sueca de Faro. Apenas viaja, acepta pocas visitas y nunca hace declaraciones en público. Si tiene algo que decir, confía en el amable discurso de Liv Ullmann, la actriz con la que ha trabajado en 10 películas y con la que tuvo uno de sus nueve hijos. Y ella contó al mundo en su nombre que Saraband , que se estrenó el pasado viernes en España dos años después de su emisión en una cadena sueca, ha sido su última película como director.

¿Hay que creerle? Conviene advertir que el legendario director, de 87 años, dijo eso mismo en 1982 después de estrenar Fanny y Alexander . Ullmann da explicaciones por teléfono desde Nueva York. "Yo le creo. Hace 20 años dijo que sería la última. Y tardó eso, 20 años en hacer otra. No creo que disponga de otros 20 años para cambiar de nuevo de opinión".

Ullmann, no obstante, tiene noticias frescas que indican que, quizá, sólo quizá, Bergman lleve a cabo un proyecto que está ahora mismo en fase de incubación. "Durante una visita que le hice en verano, le oí soñar en voz alta. Me habló de una idea que precisa de un solo actor. Me dijo: ´oye, y si llamáramos a un director de fotografía, alguien para el sonido y hacemos una película aquí en la isla con no más de cuatro personas?´ Me explicó que dedicaríamos una hora y media a ensayar y luego rodaríamos el filme de una tirada. Le pregunté: ´¿y si la actriz se equivoca?´ Pues volvemos a empezar´, respondió. En fin, ojalá sea verdad. Es un sueño que me permito cultivar. A ver".

HABLAR POR TELEFONO

Según cuenta Ullmann, el director sueco, autor de títulos como El séptimo sello , Persona y Secretos de un matrimonio , disfruta de una salud estupenda y una voluntad inquebrantable de aislarse del mundo en Faro, donde dispone de varias casas. "Dice que quiere pasar allí la última etapa de su vida, leyendo mucho para hacerse un hombre más sabio. Y es lo que hace. Leer sin parar. También habla mucho por teléfono. Y dice que no quiere visitas. Cree que si alguien le va a ver, le rompe la rutina. Así que ya sé que cuando voy, debo pensar en irme enseguida".

Saraband describe un panorama parecido a la realidad de Bergman. La película, una continuación, muy tangencial, de Secretos de un matrimonio , parte de una visita del personaje de Marianne (Liv Ullmann) al aislado retiro de su exmarido Johan (Erland Johanson), a quien no ha visto en 30 años. "Es verdad que hay paralelismos. Pero el Ingmar que yo visité en la isla es un hombre feliz, nada malhumorado y más tranquilo. En la película, en cambio, Johan es un señor con mucho odio dentro", comenta la noruega Ullmann, nacida en Tokio hace ya 67 años.

VUELTA A LA INTERPRETACION

La actriz Ullmann había anunciado su retirada del mundo de la interpretación. De hecho, no había interpretado nada en 10 años. Sólo por Bergman incumplió su promesa consigo misma. "Sentía que ya había acabado mi carrera como actriz. Tenía más ganas de dirigir y escribir adaptaciones. Pero no me pude negar a Bergman. Habría sido extraño, ¿no?". De hecho, Ullmann ha dirigido ya cuatro películas, dos basadas en guiones del sueco.

A raíz de la experiencia de Saraband , las convicciones de la noruega se están tambaleando. "Para ser sincera, estoy cambiando un poco de opinión últimamente. Me dí cuenta con Saraband que me encanta actuar. Y si sale mal, la culpa es del director; si sale bien, es que la interpretación valía la pena. Además, como directora tienes que esperar siempre dos o tres años a que llegue la financiación y no quiero pasar tanto tiempo sin hacer nada".

Para Ullmann, "Bergman es bueno creando la atmósfera apropiada de rodaje. Ahora, dada mi experiencia, aprecio aún más su trabajo. Le veía preparando una escena de una forma específica y pensaba: ¡qué raro! ¿Por qué hará eso?´ Y, luego, cuando miraba la pantalla, me daba cuenta de que tenía razón. Por eso es tan grande, porque siempre es capaz de ver más allá".