Las directrices marcadas para las primeras titulaciones a estudio reflejan que se ha seguido el Libro Blanco elaborado por las facultades, y eso siempre es bueno. Los cambios y las asignaturas previstas se ajustan a lo que las facultades desean, por lo que el balance es positivo.

Sin embargo, hay algunas cuestiones en la sombra o que requerirán más estudio. La primera es la opción de implantar los títulos de 180 créditos (4 años). Creo que hubiera sido mejor optar por el sistema que proponía tres años de estudios para la obtención del primer título y otros dos para el título superior. La segunda cuestión es que el modelo propuesto añade a los 180 créditos de formación académica básica otros 60 de formación adicional, que, en el caso de algunas titulaciones, tendrán un destino muy claro (practicum de Magisterio, proyecto fin de carrera en Ingenierías) mientras en otras no se sabe cómo se abordará.

Por otro lado, no todas las titulaciones se enfrentan al mismo nivel de cambio. En general las carreras que sufrirán una mayor transformación son las ingenierías técnicas, que desaparecerán, y magisterio que aumentará la carga en formación académica básica.

En todo caso lo que sí está claro es que los cambios en estas titulaciones corresponden a un cambio de filosofía en la universidad. Ahora, los estudiantes tendrán que implicarse más en su aprendizaje. También los profesores tendrán que dedicar más tiempo al seguimiento del estudiante, además de la habitual hora de clase.

En cuanto a la Uex, no se prevé que la adaptación de estas titulaciones afecte al número de alumnos matriculados. Sí es cierto, que al tratarse de una universidad con varios campus, la desaparición de titulaciones puede afectar al reordenamiento de las restantes.