Un espejo de 3,5 metros de diámetro, bastante más que el Hubble, y una capacidad para observar en todo el espectro infrarrojo, donde no llega la visión humana, convertirán al observatorio espacial Herschel en la herramienta más precisa de la historia dedicada a escrutar las regiones más frías y lejanas del Universo. Este prodigio de la tecnología europea, resultado de 20 años de trabajo, ya ha comenzado los preparativos para el lanzamiento, previsto para el 16 de abril. "Lo que descubriremos cambiará nuestra visión de muchos procesos que intervienen en la evolución del Universo", dice José Cernicharo, investigador del CSIC en Madrid.