La prescripción inicial de los fármacos la tendrá que hacer un médico --como hasta ahora--, pero después los enfermeros podrán continuar con el proceso y administrar los medicamentos, según los protocolos que habrán de pactar ambos profesionales sanitarios.

Con esta reforma legal los profesionales de la Enfermería no tendrán necesidad de estar consultando continuamente con el médico para indicar a una persona que padece colesterol, por tomar un ejemplo, que siga tomando la medicación recomendada previamente por el médico o para aplicar un apomada con antibiótico a una persona llagada en la cama. Aumentará así la autonomía de los enfermeros.

Los enfermeros no podrán indicar a un paciente qué debe tomar, pero tras la actuación del médico, sí podrán escribirlo en una receta o papel oficial para que el enfermo lo adquiera.

El proyecto de Sanidad también incluye una lista de 25 productos sanitarios que podrán emplear los enfermeros --de hecho lo hacen en la práctica--, tales como catéteres urinarios, gastrointestinales, vasculares, anticonceptivos, inhaladores y elementos de rescate de accidentados.

Los colegios de enfermeros aseguran que han contabilizado hasta 170 situaciones clínicas en las que estos profesionales sanitarios eligen el medicamento más apropiado para el paciente. Además, añaden que en la práctica de su profesión, manejan habitualmente hasta 200 fármacos.