He oído comentar que los profesores más cualificados suelen acceder a asignaturas más avanzadas que quizá les motiven más en su labor profesional.

Pero eso no justifica el hecho que miles de alumnos sufrimos cada día, o tal vez disfrutamos desde otra visión equivocada, debido al tremendo descaro de muchos de ellos.

Desde mi corta experiencia, como alumno de 1º de Arquitectura Técnica (en la Universidad de Extremadura), puedo observar cada día la falta de puntualidad de muchos docentes, la mayoría de las veces unida a la ineptitud o falta de interés por la asignatura.

No es en absoluto un tema intrascendente, pues la hora de llegada se retrasa con muchísima frecuencia hasta casi media hora para clases de una hora.

Y porque se trata de funcionarios del Estado que deben de cobrar una cantidad desorbitada cada mes procedente de nuestros bolsillos, además, claro, de sus sueldos como profesionales.

Me parece grotesco que gente tan preparada se comporte de esa manera tan pueril, eludiendo reiteradamente sus responsabilidades sin el menor reparo.

Esta situación conlleva consecuencias nefastas.

Para el alumnado, desde el punto de vista, de los temarios sin concluir y las consiguientes prisas a final de curso.

Dada la situación de dejadez, y aunque me parece injusto incluir a profesores verdaderamente competentes y trabajadores, propongo someter al cuerpo a más control institucional (inspectores, cursos de reciclaje, sanciones...) aunque en cualquier caso espero que algún profesor lea esto y rectifique su postura actual hacia una actitud más acorde con su situación privilegiada en nuestra sociedad.