En una de las últimas entrevistas que le hicieron, J.R.R. Tolkien reconoció que, más allá de su vida profesional en Oxford dedicada a la filología, sería recordado como el autor de El señor de los anillos . El estreno en los últimos años de la versión cinematográfica basada en la novela más conocida del escritor británico no ha hecho más que cumplir su propio vaticinio. Pero, a la vez, ha propiciado que el resto de su obra llegue a los lectores.

No es habitual que la universidad se acerque a fenómenos de masas como Tolkien, que fue, sobre todo, un profesor universitario. Pero el empeño de "tolkienianos" como Fernando Cid, profesor de teatro en el instituto Hernández Pacheco de Cáceres, ha permitido reunir a algunos especialistas en la obra del autor de El hobbit en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. "Cuando lo propuse algunos no nos tomaron en serio. Nos preguntaban si íbamos a ir disfrazados", comenta Cid, que trabaja también como coordinador del Aula de Lectura de la Biblioteca Rodríguez Moñino de Cáceres. Pero las jornadas, que se celebraron del 18 al 20 de mayo, "lo analizamos como si se tratase de Hemmingway o Poe".

Bernardo Santano, del departamento de Filología Inglesa de la Uex, apoyó la propuesta e intervino en las jornadas hablando sobre las lenguas creadas por Tolkien. "Es un autor --dice Santano-- que, aparte de la fama que le han dado las películas y sus novelas, merece la pena estudiarse porque es un gran filólogo y su obra de investigación sigue siendo válida hoy".

En las jornadas se abordaron diversos aspectos de El señor de los anillos , la literatura fantástica en el siglo XX, los mundos imaginarios del escritor o sus aportaciones menos conocidas, como los relatos escritos para sus hijos, publicados póstumamente.

"El era un filólogo", afirma Fernando Cid. Prueba de ello fue que en el año 1972 la Universidad de Oxford le concedió el doctorado en Letras honorario.