Estudiar da sus frutos, y no solo a la hora de adquirir conocimientos. También abre más puertas al mercado laboral y hacia un empleo mejor remunerado y con mejores condiciones de trabajo. Eso es al menos lo que demuestra un reciente estudio realizado por investigadores españoles mediante el cruce de decenas de datos estadísticos. Según sus conclusiones, en iguales condiciones de experiencia, un licenciado con título universitario puede cobrar en Extremadura hasta un 60% más que un trabajador que solo tiene estudios básicos.

"Queremos acabar con algunas opiniones que han calado en la sociedad, como que estudiar no sirve de nada, que la universidad es una fábrica de parados, o que simplemente, tras constatar los salarios bajos de los recién licenciados, los universitarios ganan menos que los profesionales cualificados sin estudios", asegura José Manuel Pastor, uno de los autores del informe, publicado por la entidad financiera Bancaja y realizada por un equipo de investigadores del Instituto Valenciano de Estudios Económicos (Ivie).

En este sentido, Pastor y sus compañeros estiman que por cada año estudiado la diferencia salarial entre dos trabajadores con la misma edad, el mismo sexo y los mismos años de experiencia es hasta un 10% mayor en Extremadura. Es decir, que un titulado universitario puede percibir un sueldo entre un 40 y un 50% mayor que una persona que solo tenga el Bachillerato y en torno a un 60% superior que con la Educación Secundaria Obligatoria.

"El problema es que muchas veces comparamos el salario de un universitario, normalmente recién licenciado, con el de un trabajador cualificado --como puede ser un fontanero o un electricista-- sin estudios que posee dos o tres décadas de experiencia. En tales circunstancias, el universitario sale peor parado y efectivamente sus ingresos son inferiores. Las comparaciones deben realizarse para los mismos estratos de edad y así se pone de manifesto que, a igual grado de experiencia, los universitarios ganan más que cualquier otro colectivo con estudios inferiores", concluye Pastor.

Ese 10% de diferencia salarial en Extremadura por cada año estudiado es el mayor margen de rentabilidad del país. Es decir, en ninguna otra comunidad, un año de estudio se traduce en un incremento del sueldo mayor que el que se registra la región. ¿Por qué? El investigador del Ivie lo tiene claro: "Por la propia estructura de la economía extremeña. La mayoría de los licenciados se concentran en los sectores más cualificados, como la Sanidad o la Educación, que son los mejores remunerados. Pero como en Extremadura tienen mucho peso sectores económicos no cualificados como la agricultura, la construcción o los servicios, en los que apenas hay titulados universitarios, también hay grandes diferencias entre los sueldos que puedes recibir por trabajar en una actividad o en otra".

Concretamente, educación, sanidad y las actividades relacionadas con las finanzas (banca, aseguradoras...) son los ámbitos económicos que concentran a la mayor parte de los licenciados y doctores. Entre los tres absorben a casi el 70% de los trabajadores con estudios superiores en la región. Y es más, en ninguna otra comunidad la sanidad y las finanzas tienen índices de titulados universitarios tan altos como en Extremadura (22% del total de licenciados, cada uno). En el extremo opuesto aparecen, por ejemplo, las empresas extractivas (de minería o de áridos) y el transporte, sin apenas empleados que hayan pasado por la universidad.

Por tanto, a la pregunta ¿merece la pena estudiar en la universidad? , Pastor concluye que sí. "La respuesta es indudablemente afirmativa cuando lo único que persigue el estudiante es desarrollarse intelectualmente y aumentar su nivel de conocimiento", sentencia el investigador del Ivie, que además agrega que hay otros motivos por los que es aconsejable y rentable tener estudios superiores. En este sentido, uno de sus argumentos es que la universidad, que debe preparar a los jóvenes para desempeñar mejor sus funciones en la sociedad y elmercado laboral, dota a los estudiantes de una combinación de competencias generales y específicas. "Las primeras son muy importantes para garantizar la empleabilidad a largo plazo, porque permiten adaptarse mejor a cambios futuros, aportan versatilidad y capacidad de adaptación. Aunque no parezcan que satisfagan las necesidades de las empresas, éstas cada vez demandan trabajadores con mayor versatilidad", esgrime.

El otro fundamento es que, en contra de lo que se piensa, "la universidad no es una fábrica de parados", según concluye el autor del estudio.

En este sentido, los datos oficiales señalan que la tasa de paro de los universitarios está en el 6%, frente al 21% de los analfabetos y el 10% de los que no tienen estudios o solo estudios medios.