Quince años ha precisado Kazuo Ishiguro para fijar la línea argumental de su última novela, presentada recientemente en Barcelona. Nunca me abandones es una obra con sutiles toques de intriga y ciencia ficción que utiliza a seres muy especiales, clones, para plantear aspectos básicos del ser humano: el paso de la adolescencia a la edad adulta y la importancia del amor y la amistad. El autor es situado por algunos críticos entre los mejores novelistas ingleses vivos.

Ishiguro nació en Nagasaki en 1954 pero es, a todos los efectos, un escritor anglosajón que pertenece, además, a una brillante generación (la de Martin Amis, Julian Barnes e Ian MacEwan). Vive desde los 6 años en Inglaterra y en inglés ha escrito toda su obra, aunque mantiene el japonés para hablar con sus padres. Ha publicado seis novelas, la primera, Pálida luz en las colinas , en 1982, y con Los restos del día ganó el Booker de 1989. Esta obra tuvo una excelente versión cinematográfica dirigida por James Ivory y con Anthony Hopkins y Emma Thompson de protagonistas. En el 2002 publicó Cuando fuimos huérfanos .

Las primeras páginas de Nunca me abandones (Anagrama) introducen al lector en el extraño mundo de un internado en el que los niños no tienen apellidos y viven aislados del exterior, y donde los profesores reciben el nombre de custodios. Las pistas sobre el significado de ese extraño microcosmos van apareciendo poco a poco; se sabrá por qué se permite a los jóvenes hacer el amor, pero no fumar, y por qué son seres tan especiales y se ha programado su vida con esmero y detalle, pero con falta de cariño.

EL CONTROL DEL CUERPO

No se descubre nada básico al lector si se le dice que esos seres tan sumamente especiales son clones y que Ishiguro no los convirtió en personajes de su novela para crear controversia en torno al tema, sino para hablar de la vida humana. "Los clones, como los seres humanos, saben para qué existen --añadió--, que llegarán a viejos y perderán el control de su cuerpo; y unos y otros empiezan cada día sin pensar en ello y recurren a eufemismos para tapar la verdad".

No cree que una sociedad de clones sea posible, pero asegura que el tema que plantea el libro no está demasiado alejado de la realidad: "El mercado de órganos ya existe y el funcionamiento de los países ricos se basa en explotar a los pobres".

La facultad del individuo para recordar ha sido uno de los temas recurrentes en las novelas de Ishiguro, que afirmó que le gustaría trasladar el tema a un país. "La forma en que una sociedad olvida o recuerda marca su futuro, y la política suelen manipular los mecanismos del recuerdo", concluyó.