Cuando Atrio cierra, es frecuente ver a Toño Pérez en el cine, en Brokeback Mountain , Crash ...

--¿Qué le pareció Brokeback Mountain , la película del año? ¿Cuántos oscars le daría?--(Todos, todos, dice José Polo, la otra mitad de Atrio). Me pareció un poco pastelona, ñoña.--¿Qué hay de su vida más allá de los fogones?--Leo, voy al cine, pinto... Aunque es una tarea que tengo algo olvidada, enredar con los pinceles me da mucha satisfacción.--¿Y qué hace con los cuadros?--Los regalo todos.--Empezó de pastelero. ¿Quería romper moldes?--Sí, siempre. Ya en el obrador de mi padre revolucionamos con tartaletas de fruta. Decían: hacen pasteles de tomates verdes.--¿Desde chico se ponía el delantal y jugaba a las cocinitas?--No. Mi padre tenía el obrador y la cafetería y me decían: a estudiar y, si no, a trabajar. Yo odiaba la hostelería, así es que era un estudiante de matrícula. Mi ilusión era la enseñanza y me matriculé en Bellas Artes.--¿Y el restaurante?--Ya había conocido a José (Polo) en el instituto y él estudiaba Filosofía. Yo en Madrid, él en Salamanca, dijimos: esto no puede ser. Empezamos en el obrador, nos independizamos, pusimos el negocio y hasta aquí.--¿Cómo se ve en el espejo por las mañanas?--¡Horrible! (risas). Depende de lo que me ronde por la cabeza.--¿Y cómo se ve el mundo desde una cocina?--Al revés. Ves cómo está el tercer mundo y te ves en un estatus privilegiado porque la profesión está en un momento dulce porque das felicidad.--"Yo siento a través de la cocina". ¿Qué siente?--Fuerza y ganas de vivir. Es mi vehículo para expresar emociones.--¿Qué comida se llevaría a una isla desierta?--Jamón, torta del Casar y patatas.--"Lo que ha conseguido Atrio no es sólo del restaurante, sino de mi clientela". ¿Quiere hacerse el humilde o aumentar la propina?--(Ja,ja) No es cuestión de humildad, sino una realidad. Este trabajo necesita un interlocutor.--Atrio cumple 20 años y hay quién se pregunta aún qué hace un restaurante como éste en una ciudad como Cáceres.--Sí, es un cortijo con semáforos. Sería más fácil en otro entorno, pero tenemos un arma clave: la despensa extremeña es 10.--Algunos han puesto el grito en el cielo por su hotel de San Mateo. ¿Es un incomprendido?--No. Estoy convencido con todas las de la ley de que es un regalo para la ciudad, si no no lo haría.--Las cocinas son ya laboratorios. ¿Y sus conejillos de indias?--Son mis clientes, me encanta hacerles cómplices.--Y, aparte de en la cocina, ¿dónde más le gusta experimentar?--(Piensa). En el control de los espacios, la decoración.

--¿Qué hay de su vida más allá de los fogones?

--¿Y qué hace con los cuadros?

--Empezó de pastelero. ¿Quería romper moldes?

--¿Desde chico se ponía el delantal y jugaba a las cocinitas?

--¿Y el restaurante?

--¿Cómo se ve en el espejo por las mañanas?

--¿Y cómo se ve el mundo desde una cocina?

--"Yo siento a través de la cocina". ¿Qué siente?

--¿Qué comida se llevaría a una isla desierta?

--"Lo que ha conseguido Atrio no es sólo del restaurante, sino de mi clientela". ¿Quiere hacerse el humilde o aumentar la propina?

--Atrio cumple 20 años y hay quién se pregunta aún qué hace un restaurante como éste en una ciudad como Cáceres.

--Algunos han puesto el grito en el cielo por su hotel de San Mateo. ¿Es un incomprendido?

--Las cocinas son ya laboratorios. ¿Y sus conejillos de indias?

--Y, aparte de en la cocina, ¿dónde más le gusta experimentar?

--¿Con qué arreglaría el mundo?