Esta historia empezó en plena Guerra Fría, en 1964, cuando diez músicos de Malí llegaron a Cuba para estudiar música y tejer vínculos culturales entre los dos regímenes socialistas. Fusionaron sonidos y se convirtieron en el primer grupo afro-cubano de la historia, Las Maravillas de Malí. Cincuenta años después, el productor musical francés Richard Minier conoció a uno de los músicos en Bamako y decidió volver a reunir a la legendaria banda.