«Era una familia normal», «no note nada raro», «eran muy amables». ¿Cuántas veces hemos oído estas frases en un informativo? ¿Cuántas más las oiremos? El Crimen de la Katana fue, sin duda, uno de los que marcan una generación: un niño mata a su padre, madre y hermana. Mezclaba, a parte, elementos que a día de hoy de tan normalizados nos parecen ridículos: juegos de rol, chats, videoconsolas…. El seguimiento que se hizo por parte de la prensa fue exhaustivo y por supuesto no se llegó a ninguna conclusión razonable. ¿Por qué habría de haberla? A veces el horror se hace presente, no tiene sentido, no es disculpable, no es nada que no sea lo que es. A veces hay preguntas que es mejor no formular.