En tiempos de opiniones y reseñas por internet, ¿cree que el boca a boca sigue siendo la mejor publicidad?

A nivel de la ciudad, sí. Las críticas en las redes sociales son muy importantes. Antes, cuando la gente se iba de vacaciones en verano, notábamos un bajón importante. Ahora, eso no pasa. La gente, a pesar de estar fuera de la ciudad, nos llega gente por redes sociales. Es igual de importante o más que el boca a boca porque llega a gente de fuera de la ciudad.

 ¿Qué diferencias ve entre los clientes de aquí y los de fuera?

La gente que no te conoce, cuando viene se sorprende más. Yo tengo clientes que conoces desde hace muchos años que buscan cosas nuevas.

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 ¿Cómo de importante es la atención?

Es lo más importante. Que hagas sentir bien a la gente que viene a tu casa y se encuentren cómodos y bien atendidos. Que vean que los aprecias y no te importa que se queden un poco más y no haya problemas de horarios. Eso es fundamental.

 ¿Qué me dice de las sobremesas que van después de la comida?

Ahora con el tema de los horarios, que tienen que ser más estrictos, no siempre es fácil. Pero esto es una cosa que debe ser así. Después de la mesa va la sobremesa y no sientes que tengas que irte y puedas estar disfrutando. Que las horas se pasen volando.

 ¿Es un suplicio para los clientes estar pendientes de la hora durante la comida?

Eso es comida de necesidad, no es comida de disfrutar. En nuestra casa se viene a disfrutar. No a comer por comer. A estar un rato en un sitio amplio, agradable y bien atendido.

 Gracias a los pedidos a domicilio, también consiguen llegar a los hogares de la gente. ¿Cómo es esa sensación?

Eso es lo que te da la fuerza para seguir. Llevo 38 años detrás del fuego y precisamente por eso sigues teniendo esas ganas de seguir ofreciendo lo mejor y luchando por mejorar.

 ¿Nos desvela algún secreto un día que tengan el restaurante lleno?

Sobre todo, marcar los tiempos. Que el cliente no se dé cuenta de cuando ha terminado un plato y ya tenga el otro. Manejar esa espera es lo más importante y también lo más complicado. Tienes que tener la intuición de cuándo deben estar y cuándo debes correr.

 ¿Cuál es la clave para llevar casi 40 años en hostelería y restauración?

El esfuerzo y la constancia. He pasado dos crisis y no he notado ninguna. Hay veces que, por motivos de personal, lo tienes más difícil, pero debes estar ahí. No puedes apartarte en ningún momento. Otra cosa es saber tratar al cliente. Estar pendiente sin agobiarle. Que sepa que estás ahí. Y luego tampoco puedes fallar en la materia prima.

 ¿Cree que falta cultura del esfuerzo y la paciencia en la profesión?

Está en peligro de extinción. Va a ser muy difícil aguantar este tipo de negocios. Hoy en día, la mayoría de los sitios ya no ofrece este servicio en vivo y optan por envasados al vacío y calentar en microondas. Aún quedamos algunos que hacemos todo al momento y no tenemos nada hecho. Eso lleva mucho trabajo. Yo soy tradicional y todavía sigo haciendo la cocina al momento.