Es uno de los alimentos de moda, considerado además por muchos como un superalimento. Las semillas de chías, si se consumen correctamente, tienen numerosos beneficios para la salud. Se pueden mezclar con líquidos durante unos minutos para hidratarlas y añadirse a alimentos como panes y repostería o yogures y ensaladas. Lo recomendable es consumir entre 10 y 25 gramos al día, para incorporarlas de una manera sana a nuestra dieta y sacar el mayor partido a todas sus propiedades.

La chía es una semilla que procede de una planta con flores de la familia de la menta. Es originaria de México y es un alimento muy saludable, ya que es rico en antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra soluble.

Se considera un superalimento porque tiene propiedades por encima del promedio, es decir, aporta más vitaminas y nutrientes al cuerpo humano. En el caso concreto de la chía, cada 100 gramos de estas semillas contienen unos 20 gramos de proteínas, casi 42 de carbohidratos y 32 de grasas.

El alto contenido en fibra de la chía es bueno para mantenerse saciado, lo que reduce los antojos y picar entre horas. Además, tiene más calcio que la leche entera y más potasio que los plátanos. También tiene un contenido importante de antioxidantes, superando a los arándonos y cuenta con ácidos grasos esenciales Omega3.

Las semillas de chía tienen un bajo índice glucémico y mantienen el nivel de azúcar controlado. Los nutricionistas recomiendan incluirlas en las dietas, sin embargo, no que hay que abusar de este alimento, ya que puede tener algunos efectos negativos sobre la salud, sobre todo relacionados con la presión sanguínea.

Con las semillas de chía puedes elaborar helados de fruta, mezclando tus favoritas, con agua, zumos y las semillas. También puedes añadirlas a los puding, combinadas con leche de soja o almendras, yogur o frutas. Y una bebida muy refrescante y ligera es tomar agua con limón y chía. Solo hay que mezclar el agua con el jugo y la ralladura de un limón, añadir azúcar al gusto y la chía.