Acurrucarse en 1.000 años de historia es posible en el casco antiguo de Ávila, un conjunto histórico-artístico inscrito desde 1985 en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. "Aquí tenemos la inmensa suerte de estar literalmente empotrados en la impresionante muralla medieval de la ciudad", celebra Ismael Salgueiro, director del hotel Palacio Sofraga, una casona noble adosada desde el siglo XVI a esta cerca defensiva militar románica.

Enclavado en la esquina noreste de la Muralla, el hotel Sofraga Palacio es un recinto medieval cercano a la Puerta de San Vicente que perteneció durante generaciones a la familia de los Águila, descendientes del conocido linaje de los Calderón de la Barca.

La estructura actual es fruto de la rehabilitación llevada a cabo en el edificio y los jardines a finales del siglo XIX. Posteriormente, en 2015 y 2020, fue restaurado para propiciar su apertura como hotel. 

El palacio conserva los rasgos históricos del edificio, con sus emblemáticos muros de sillería, ladrillo castellano visto, artesonados de madera y balconadas. Y algo único y sorprendente: la piedra de la propia Muralla de Ávila ejerce incluso como cabecero de algunos de los dormitorios y como pared de pasillos y salas. 

La Muralla de Ávila ejerce como pared de dormitorios, pasillos y salas. EPC

El hotel cuenta con 27 habitaciones y suites exclusivas, todas con vistas al palacio y a sus alrededores, y algunas también a la Muralla y a la Catedral. 

Cada mañana, los huéspedes pueden disfrutar de un variado desayuno a la carta, servido en mesa, con una selección de dulce y salado: jamón 100 % ibérico, quesos de Ávila, huevos al gusto preparados al momento y zumos naturales.

Patatas revolconas con torreznos de Soria y oreja a la plancha picantita

Para picar en la zona de gastrobar, hay opción a un tapeo con vinos de la región; unas patatas revolconas con torreznos de Soria, una oreja a la plancha picantita o una tabla de quesos barraqueños y de La Adrada, acompañados de membrillo de Santa Teresa de Jesús, la insigne monja fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, mística y escritora española. 

En el restaurante, dentro de un luminoso patio acristalado frente a un jardín del siglo XIX presidido por un imponente cedro de cinco siglos, Sofraga ofrece una carta basada en el producto de calidad y cercanía. Como entrantes destacan las judías de riñón con matanza o las mollejas de cordero lechal salteadas con ajos tiernos. Hay varias propuestas de arroces, como el de chuleta avileña a la brasa o el de Calasparra con setas y verduritas; pescados como las cocochas de bacalao al pilpil con patatinos al romero o el lomo alto de bacalao asado con salsa vizcaína. 

El Palacio es un recinto medieval cercano a la Puerta de San Vicente. EPC

Y carnes soberbias: asados al modo tradicional como la paletilla de cordero lechal de Castilla y León y el cochinillo lechal con patatas confitadas. A la brasa deleitan el paladar el chuletón, el entrecot o el solomillo de ternera avileña. 

Entre los postres, todos caseros, la leche frita la tarta de queso cremosa y el helado de crema de orujo. Además de la carta, el restaurante ofrece a los comensales dos menús: el gastronómico, que cambia todas las semanas y que tiene un precio de 23 euros, y el gastroabulense, con los platos más señeros de la cocina local y que cuesta 39,90 euros.